martes, 28 de diciembre de 2010

Pobre Oposición

Perder el control es causa conocida del estrés. Pretender controlarlo todo es un típico defecto humano. Cuando se acumula el nerviosismo, el cuerpo tiende a manifestarse; a veces con un ataque de ansiedad, otras con una jaqueca poderosa. Utilizando un lenguaje propio, el cuerpo puede pegar gritos de desesperación. La economía es igual. Cuando el mercado necesita una nivelación de precios, ese ajuste llega; a veces con una inflación galopante, otras mediante un gasolinazo.

Perder el control es la regla, no la excepción. La frontera EE.UU. –México, por ejemplo, es casi imposible de controlar, incluso a un costo muy elevado. La economía es igual. Pretender controlar el poder mediante políticas fiscalmente irresponsables – por ejemplo- tiene a las economías de Grecia, España, Portugal e Irlanda en la lona. Lo que debieron controlar era su gasto social. Controlar el descalabro económico ahora tendrá un precio elevado.

El Gobierno boliviano empieza a entender principios básicos de la economía. Entiende – por ejemplo - que el déficit fiscal pone en peligro su supervivencia y que el libre flujo de mercaderías no se puede controlar. No obstante las lecciones, insiste en prohibir ciertas exportaciones. Esa política de control selectivo en desmedro de la empresa boliviana tiene estancada nuestra productividad y ha mermado el clima de inversión. Al igual que agua que fluye cuesta abajo fuera de control (contrabando) puede arrasar con todo lo que se interpone en su camino, también se puede encausar su energía para producir electricidad (bienes de exportación, que pagan impuestos y crean empleos). Y si bien nuestras exportaciones son por ahora un agua estancada, por lo menos el pueblo recibe una gran lección: “El subsidio no sabe para quien trabaja”. Aprendemos, muy lentamente.

Al igual que la economía, la política tiene sus propias reglas. “Arrolla al oponente, cual río desbordado”, parece ser la favorita. Por ende, en lugar de enarbolar principios básicos, la oposición utiliza una medida drástica, pero necesaria, para relucir su oportunismo político. En vez de abogar que el Gobierno deje de despilfarrar la bonanza económica temporal de los precios internacionales en proselitismo político, y se proponga realmente invertir en proyectos que aporten a las arcas del Estado, la oposición se rasga las vestiduras por una medida que ellos también hubiesen tomado. Por ende, los que hablan de “incentivar la inversión”, “reactivar el sector productivo” y “derecho a tener utilidades” es el Gobierno, quien ahora hace el argumento mejor que la oposición.

Antes la oposición abogaba por “otras formas de pensar”. Ahora quiere “abrogar” la forma cómo ellos mismos supuestamente piensan. Eliminar el subsidio a la gasolina y permitir que su precio fluctúe con el precio internacional del barril es una política fiscalmente responsable: autorregulación a través de la ley de “oferta y demanda”, su añorada “otra forma de pensar”. Le correspondería a la oposición ahora ayudar al Gobierno para que el dinero que aportamos en las gasolineras se invierta en el futuro, y no sea para que el Estado siga dándoselas de Papa Noel. Si la raíz del problema es que en Bolivia no existe un clima de inversión, entonces la oposición debería aportar su parte, para que el Gobierno sea consistente con sus políticas económicas. Debería ayudar a encausar la economía hacia privilegiar la inversión, reactivar la productividad y permitir las exportaciones. Pero las ganas de obtener réditos políticos le resulta más atractivo que defender principios básicos. Pobre la economía boliviana y qué pobre nuestra oposición.

martes, 21 de diciembre de 2010

Blanca Navidad

Blanca Navidad: la herramienta favorita del consumismo capitalista. En el alienado imaginario colectivo, asociamos estas fiestas con inmaculados copos de nieve, otra imposición del mercantilismo occidental. Diciembre en el sur es el inicio del verano y la nieve apenas blanquea picos andinos con cada vez menos polvoreados. Pero en el norte profundo, donde la nieve bloquea aeropuertos, algunos deben lidiar con fríos copos de lluvia cristalizada el año redondo.

Lenguaje: la mejor herramienta de la conciencia humana. Con la palabra Dios creó el mundo. Gracias al lenguaje, el ser humano desarrolla ciencia, leyes y mitos que avanzan la convivencia entre hermanos. Las palabras que utilizamos y la manera como entendemos el mundo están íntimamente relacionadas. Las palabras nos liberan, nos inspiran, nos guían y limitan a la vez. Algunas palabras son más útiles que otras, otras tienen muchos significados. Los esquimales, por ejemplo, tienen 18 palabras para describir la blanca forma del líquido elemento. La lengua del esquimal es “polisintética”, por lo que cada palabra para “nieve” puede ser modificada mediante morfemas, creando cientos de maneras de describir una muy sencilla realidad.

Instinto de supervivencia: la herramienta básica de nuestro Creador. No obstante su profunda trascendencia, el lenguaje ha fracasado a la hora de conceptualizar las diversas y misteriosas maneras como el instinto superior aporta al milagro de la vida. Para entender y celebrar el cimiento del Universo orgánico, abusamos de una palabra: “egoísmo”. Es decir, construimos un mapa de nuestro propio ser utilizando un lenguaje medieval, que enloda la Creación, reduciendo su instinto más importante a una absurda dualidad. El interés personal ha sido vilificado durante milenios. Primero por la religión. Ahora por la política. La pobreza de nuestro lenguaje refleja la pobreza de una conciencia atrapada por consignas anacrónicas que caricaturizan en blanco y negro un mundo de matices que ha sido diseñado a la perfección.

Nieve y hielo: frías formas deH2O. Ambas se parecen, pero no son igual. De igual forma, el egoísmo e interés personal son dos manifestaciones parecidas del instinto de supervivencia. No obstante la aparente similitud, las múltiples manifestaciones del instinto básico son trivializadas únicamente por una mente ignorante. El egoísmo es limitado, mezquino e incapaz de entender nuestra frágil interdependencia; un cáncer que carcome la confianza entre hermanos y asesina la buena voluntad. Pero el interés personal es motor del Universo vital. En vez de trivializar el instinto básico, debemos aprender a enmarcarlo en normas de convivencia que iluminen nuestra conducta, en vez de construir una hegemónica mentira que nos reduce a un hipócrita rebaño.

Patriotismo: concepto favorito para adormecer huestes egoístas. El compañerismo actual sirve para cerrar el paso al prójimo, o sacarlo de circulación. El interés personal iluminado, en contraste, yace en aprender a cooperar, permitiendo que el otro avance por su camino. Pero en vez de celebrar el éxito del prójimo, el actual compañerismo es para mermar el esfuerzo, sacrificio y aporte de los demás. Los que hacen empresa, agregan a bien común aquello que burócratas de cualquier linaje ideológico no pueden: empleos. Pero mientras el sector empresarial es vilificado por ser un gremio de “egoístas”, los salvadores del planeta ceban al capitalismo con su contaminante oro negro y nuestra adictiva y blanca vanidad, rindiéndole honor al más básico instinto de la naturaleza: sobrevivir. Aunque no lo entiendan: ¡Felicidades!

sábado, 11 de diciembre de 2010

Whikipócritas

Las dos potencias económicas fueron humilladas: China con el Premio Nobel; EE.UU. en las primeras planas de todo periódico del planeta. Las vergüenzas de ambos gigantes son debido a simples rumores. Liu Xiaobo – activista de los derechos humanos y ganador del Premio Nobel de la Paz– fue encarcelado por incitar el derrocamiento del sistema socialista mediante “la divulgación de rumores y calumnias”. En el lado opuesto de la cortina del poder absolutista, el activista informático Julian Assange fue arrestado por supuestos crímenes sexuales. Todos sabemos que el arresto de Julian es una vendetta del otro poder imperial por haber divulgado chismes y rumores diplomáticos que auto-atentan contra la hegemonía del sistema capitalista.

Justo cuando pensábamos que la pugna ideológica de la Guerra Fría se amenguaba, de silos con misiles nucleares la batalla pasa a las redes sociales, que hacen eco cibernético a posiciones encontradas en ambos extremos ideológicos. El meollo de la pugna es la libertad de expresión. Los socialistas aplauden el derecho de Assange de divulgar secretos de Estado del enemigo. Los capitalistas aplauden a Liu por exigirle al último Leviatán comunista reformar su sistema político, para que garantice básicos derechos civiles. Lo único que es evidente en ambos casos es la patente hipocresía del ser humano.

La hipocresía parece ser el único derecho universal. Casi todo humano detrás del volante expresa a bocinazos su intolerancia de toda y cualquier infracción de tráfico que cometa el otro, pero se siente con el derecho de violar toda norma de circulación. En este sentido, Wikileaks tiene todo el derecho del mundo de reportar sobre secretos de Estado que un desafectado militar norteamericano le proporcionó. Defiendo la libertad de expresión de Assange. ¿Pero quién defiende a Liu Xiaobo?

Todos aplauden una “mayor transparencia” por parte de gobiernos, para que su administración del poder sea más democrática. Irónicamente, lo único que han logrado es mayor paranoia en los corredores del poder y cinismo fuera de ellos. ¿Dónde está la transparencia del gobierno de Venezuela? No escucho a bolivarianos admiradores de Julian reclamarle a Hugo hacer públicos cables que salen de sus embajadas, para aclarar el misterio de su política de apoyo a Fuerzas Armadas y otras fuerzas irregulares en suelos extranjeros.

Según Kurzban, la hipocresía es parte del diseño modular del cerebro, que ha servido a la perfección el imperativo evolutivo de una convivencia civilizada. En otras palabras, sin la inconsistencia moral y enfoque draconiano en los errores del otro, conjuntamente a una gran capacidad de perdonar a los nuestros sus pecados, el ser humano se vería vulnerable a un nivel de escrutinio moral que podría paralizar al grupo e individuo. Admitir una doble moral es suicidio para la cohesión social. Por ende, todo poderoso dice una cosa, pero hace todo lo contrario.

Las inconsistencias son parte de pugnas de poder. El control del poder luego hace de la hipocresía una política de Estado. Afortunadamente, el Internet está haciendo cada vez más difícil tapar el sol con propagandas. Decía Dickens “no existe nada más poderoso que la sencilla verdad”. Lástima que la verdad sea tan manipulable. Tal vez – evolutivamente– fue necesario el diseño de un cerebro hipócrita. La democracia y derechos humanos nos llaman a aprender a defender imparcialmente la libertad de expresión. Algunos defienden - con toda razón - a Julian, pero le niegan a Liu su derecho a disentir. ¡El poder hegemónico en la tierra es una whipocrecía!

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Aterrizar Sin Luz

En el aeropuerto del Tromplillo, el Vicepresidente confesó haber arriesgado vidas, incluyendo la propia, cuando decidió aterrizar en el aeropuerto de Sucre de noche y sin luz. Caer sobre una pista sin ver bien refleja una mezcla de temeridad e intelecto asertivo que parece haberlo congraciado con el alto mando militar. Es el puesto de Comandante en Jefe el cual no podemos arriesgar poner en peligro. Según Carlos Mesa, nuestro “ex”, Evo debería siempre volar en su moderno Falcone porque, si llegase a tener un aterrizaje mortal, correríamos el riego de matarnos entre hermanos. Lo que Carlitos no entiende es que Álvaro tiene un plan.

No se puede construir sobre un suelo inestable y el terreno político en Bolivia no dejó de sacudir. Cierta competencia entre facciones rivales es dialécticamente necesaria. Cuando las reglas se cumplen para todos, la competencia entre grupos y clases sociales puede ser un sano deporte. Pero cuando los rivales se someten, el conflicto tiende a volverse destructivo. En Bolivia somos campeones en la ley de la selva, acostumbrados a burlar las normas del marco constitucional. En la nueva mancuerna entre Gobierno, policía y FF.AA. se gesta un sentido de “orden, paz y progreso” que resulta intrigante; incluso un tanto atractivo. Un mal padre es mejor que ninguno.

Bolivia necesita estructura. Sin una mínima disciplina, seguiremos bloqueando el desarrollo. Que la policía y FF.AA. se pongan la camiseta socialista y rompan doctrina aliándose a un partido político es la menor de nuestras preocupaciones. Para una oposición esclerótica, que solo sabe quejarse y hace poco por proponer, el vaso está medio vacío. Para quienes vemos el proceso evolutivo como un arte de lo gradual, el nuevo régimen de miedo e intimidación al oponente puede ser un vaso medio lleno; un mal necesario. Bolivia necesita padres de la patria con inexorable vocación draconiana.

Cuando de someter subversivos de Sendero Luminoso se trataba, la oligarquía boliviana aplaudía la mano dura. Antes, Fujimori era icono andino de la añorada “orden, paz y progreso”. Si la Contraloría retocó la auditoria al Ernesto Suarez, gobernador de Beni, con tal de meter preso a un paladín de la oposición, ello sería una violación de la ley y debido proceso. Pero esa manera de cometer “foul” es pecatta minuta si se compara a los sanguinarios asesinatos del pasado. En épocas pasadas los amantes del “orden” recurrían a la violencia para organizar a una sociedad ingobernable. Ahora sus herederos recurren a la manipulación mediática y abusos de la ley. Por ende, la población agacha la frente, temerosa. Se impuso en Bolivia una dictablanda. ¿Dónde están los aplausos?

García Linera increpa a Mesa Gisbert por no haber tenido sus cubiertos bien puestos cuando su Comandante del Ejército le salió al paso con aires de sublevación. Como Carlitos no supo disciplinarlo, otros le comieron el mandato. En contraste, Álvaro inspira temor, a la vez que conspira con el Alto Mando para articular Bolivia, mediante autopistas, aeropuertos y naves del Siglo XXI. La infraestructura por sí sola no equivale a integración. No es ingeniería social lo que habrá de unirnos: necesitamos mercados. Pero sin autopistas no hay intercambio, y sin comercio no hay “orden” ni “paz”, mucho menos progreso. Tal vez avancemos sin ver el camino, con gran temeridad. Pero por lo menos avanzamos, sin que corra sangre entre hermanos. Mártires de la democracia seguirán habiendo, como los Suárez, Fernández, Cossios y Joaquinos. Seguiremos aterrizando en la oscuridad, hasta que exista el cableado. El plan es sencillo: encender la luz. Será menester del pueblo encender su consciencia.

viernes, 26 de noviembre de 2010

La Reversa de Detroit

La economía norteamericana se recupera. Al revés de una minoría de dolidos aprendices que lloran el rebote del mercado, las grandes mayorías de Asia, África, Oceanía y América Latina esperaron ansiosas el actual repunte en Wall Street. El mundo no celebra la recuperación por alienados, vende-patrias o pro-yankees. Lo hacen porque entienden que sus pueblos se verán beneficiados cuando el mercado más grande empiece nuevamente a importar productos elaborados por obreros y agricultores internacionales. A su vez, el mundo racional celebra que industrias de capitales híbridos exporten tecnología limpias de punta, incluyendo el Volt de General Motors, un coche híbrido que – aunque por el momento demasiado caro - eventualmente será ensamblado en Brasil, Rusia y China. Ya lo decía Marx, cuando se trata de salvar al planeta y llenar el estómago, el patriotismo es global.

Existe una conspiración en las embajadas norteamericanas. Es la misma conspiración que promovía el comunismo del siglo XIX, cuando llamaba a los pueblos a trascender el chauvinismo patriarcal del nacionalismo, en marcha revolucionaria hacia una hermandad iluminada. Pretender ser aliado del bien común y crecimiento integral de los mercados, sin embargo, no exime a algunos poderosos de cometer abusos, como en el caso de Arabia Saudita, un gobierno totalitario que discrimina al extranjero y somete a la mujer. Las riquezas del subsuelo permiten a algunos líderes subvencionar sus mezquindades y calla las críticas por parte de una comunidad internacional, que peca de hipócrita cuando de petróleo se trata.

Hablando de comunismo, los rusos contemplan compartir, en el marco de la OTAN, un escudo con Europa y rehúsan vender misiles tierra-aire a líderes que demuestran estar geopolíticamente un tanto deschavetados. La cooperación entre EEUU y Rusia en contra del peligroso chauvinismo fundamentalista es un triunfo para la paz mundial y un paso más hacia una hermandad un poco más compleja de la que impulsan los trasnochados. En ese mismo coche evolutivo quisieran de una vez montarse los chinos, quienes están en una posición bastante compleja ante el conflicto militar que han iniciado sus aliados de Corea del Norte, la nación medieval con mejor tecnología de punta. China comparte frontera con Corea del Norte y es su más grande aliado, subvencionando el 90% de la energía de ese Estado fracasado.

La cosmovisión de Estado de Obama se parece un poco a la de los chinos, lo cual le ha ganado en la derecha recalcitrante el apelativo de “socialista”. La derecha anti-comunista es incapaz de entender la necesidad de intervención del Estado en industrias estratégicas, como lo fue el apoyo que prestó Washington (Estado) a General Motors, para impedir su bancarrota. En ese sentido, todos los “antis” se parecen, un cretinismo fundamentalista común entre ellos. El resurgimiento de GM es evidencia que China y EE.UU. se acercan no solo comercialmente, sino también en un modelo hibrido, una política pluri-económica que deja atrás los dogmatismos prehistóricos de la Guerra Fría.

Hablado de Guerra Fría, Corea del Norte obliga a China a definirse un poco mejor en su geopolítica. China tendrá que elegir entre asumir el papel de actor global con responsabilidades internacionales, o seguir socapando los berrinches del modelo de desarrollo más sofisticadamente fracasado del planeta: Corea del Norte y sus misiles de largo alcance. Mientras, de regreso en la granja, seguimos contemplando fabricar baterías en base al litio, para coches híbridos “Made in Iran”. ¡Por Detroit!

domingo, 14 de noviembre de 2010

Dobles Cargas

En la campaña publicitaria permanente del Gobierno, la primera doble carga fue contra empresas extranjeras que explotaban nuestros recursos estratégicos. Con un impresionante despliegue de fuerza mediática, ocupamos militarmente dos refinerías de PETROBRAS. Arengados a retomar aquello que nos pertenece, los jugos nacionalistas fluyeron libremente. Cuatro años más tarde, es el flujo del gas el que se ve reducido, una crisis que el pueblo ignora por completo. Por el momento, lo único que crece es la inflación, mientras que quien sufre es nuestra productividad y competitividad. No obstante una profunda reducción en el poder adquisitivo, con el eslogan “todo el mundo quisiera ser boliviano”, se invierte el dinero del pueblo en convencernos que comemos mejor que ayer.

Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, las importaciones de hidrocarburos se incrementaron de 246,62 millones de dólares el 2005, a 498,93 millones de dólares en 2009. Según un informe de Ryder Scott, las reservas de petróleo en Bolivia han caído debido a la falta de inversión en exploración y desarrollo de campos. En el sector de la minería, el productor más grande – San Cristóbal – puede tener dudas sobre seguir invirtiendo, debido a que las reglas de juego siguen siendo caprichosas. Los ingenios azucareros y fábricas de aceite no pueden exportar, por lo que no tienen incentivos para expandir su producción. Por mucho que la ministra española de Asuntos Exteriores afirme que las empresas no deben tener "temor" a invertir en Bolivia, la decisión final no le corresponde.

No obstante la triste tendencia en la productividad, existe una esperanza, un respiro que irradia por los aires, cortesía de ENTEL. El gobierno boliviano acaba de negociar exitosamente la demanda de Euro Telecom International (ETI), unidad de Telecom Italia. Con tan solo el 10% de lo que demandaban los extranjeros, el Ministerio de Defensa Legal del Estado logró cerrar ese capítulo legal. Gracias a los buenos oficios del gobierno, el Estado se ha ahorrado casi 900 millones de dólares, un dinero que podrá ser asignado a otra doble carga. La pregunta es, ¿doble carga contra quien?

Hasta la fecha, la posición ideológica de los poderosos ha sido arremeter contra el sector productivo. En vez de incentivar una mayor producción real, la economía está siendo resuelta a base de pura ficción, con anuncios publicitarios que intentan convencernos que gozamos del mismo poder adquisitivo de ayer, mientras que resuelven el desabastecimiento importando alimentos. Como las arcas del Estado están llenas, se les hace fácil poner al productor nacional aun más en contra de la pared. Los beneficiados son brasileros y peruanos, que exportan más cemento y azúcar a Bolivia.

El hito en la historia de las nacionalizaciones marcado por Telecom abre interrogantes. Las respuestas que demos han de marcar el rumbo que asuma la economía del país. Por el momento vivimos de ilusiones y estamos lejos de minimizar la incertidumbre y maximizar los incentivos. En vez de incentivar inversiones, la manipulación mediática y sometimiento institucional aquí es Rey. En consecuencia, las FF.AA. una vez más doble cargan contra la libertad política, declarándose “socialistas”. Es hora que el Gobierno deje su pírrico triunfalismo y arengas publicitarias, para que en Bolivia se pueda invertir y producir con tranquilidad. De lo contrario, seguiremos comiéndonos nuestras reservas, ahuyentando empresas y exagerando sobre lo bien que vivimos los bolivianos. No es envidia lo que despiertan nuestros aires de grandeza.

martes, 26 de octubre de 2010

Palacio de Hierro

En México hay una cadena de tiendas que vende enseres para el hogar, haciendo énfasis en alta costura para familias de recursos. Se llama Palacio de Hierro y su primer edificio fue diseñado en 1921 por el francés Paul Dubois, con detalles art deco y art nouveau y un vitral estilo Tiffany. Otra de sus marcas registradas son sus fastidiosos anuncios, que solían personificar a la mujer como materialista, estúpida y superficial. Entre sus pasacalles más infames se encuentran las frases “La vanidad nunca muere” y “Quizás no me vaya al cielo, pero un par de tacones me acercan."

La generación que creció viendo como se celebraba públicamente a las “chicas plásticas” se ha rebelado ante este mensaje. Expuestas abiertamente a la frivolidad que intentaron inculcarles genios en mercadotecnia, las niñas de ayer son ahora mujeres que no son embaucadas tan fácilmente. Evidencia que las viejas consignas ya no funcionan es el nuevo eslogan de Palacio de Hierro: “No es vanidad, es amor propio”. ¿No hubiese sido más fácil simplemente censurar publicidades que celebren mujeres ricas y superficiales?

El Gobierno boliviano pasa por televisión una vulgar propaganda que muestra lo más feo del ser humano. En vez de endiosar a la vanidad para vender ropa femenina, el anuncio reproduce repugnantes verbosidades llenas de tirria y racismo enunciadas por cambas-odia-collas. No me atrevería a reproducir aquí los improperios con los cuales se bombardea a la población, porque posiblemente sería excusa para cerrar el medio donde escribo. La autoestima de una adolecente mexicana tal vez pudo haber sido denigrada por palabras propiciadas por Palacio de Hierro que lastiman la causa de igualdad de la mujer. Hoy la población boliviana está siendo obligada por el Gobierno a mirarse en el espejo y observar la horrible cara del más extremo racismo.

La diferencia entre ambas campañas mediáticas son muchas. No es lo mismo apelar a la vanidad de la mujer para vender zapatos, que apelar al odio para defender una ley mordaza. Pero existe una similitud: el mostrar el lado feo del ser humano (sea vanidad o racismo) ayuda a crear una mayor consciencia en la población. Expuestos a estas tristes manifestaciones de la naturaleza humana, un individuo puede mirarse al espejo, realizar una reflexión sobre los valores que sostiene y decidir no emular a una madre petulante que compra en Palacio de Hierro, o a un pseudo-periodista prisionero de su cárcel mental, porque entiende que imitarlos seria mellar su propia dignidad.

En un país libre, los vanidosos, codiciosos e intolerantes pueden expresarse abiertamente. Es responsabilidad del individuo mirarlos, mirarse y trascender limitaciones de la piel. No le haría un favor a mi hija censurando lo que ve. Prefiero que observe groseras manifestaciones de tristes comerciales y decida libremente trascender estereotipos de mujer, desarrollando libremente su consciencia. Con su vulgar propaganda, el Gobierno parece darme razón. Excepto que pretende meternos en una jaula de hierro, donde es exclusividad suya adoctrinarnos sobre el bien y el mal.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Tendencia a Engrosar

Nos engañan esos trapos costurados que usamos para disfrazar la desnudez. Burgueses y burócratas esconden sus complejos tras sus lanas refinadas, arropando imperfecciones en paños dignos de Patiño. En una regla no escrita de la sociedad, los más revolucionarios y mojigatos – creyentes en la misericordia e igualdad - tratan al otro según su vestimenta. La elegancia es homenaje a la hipocresía, porque los amigos del bien discriminan aquel que viste barato, pero se rasga las vestiduras cuando se sienten discriminados cuando visten su tenida “sport”. ¡Majadera vanidad!

La treta de la ropa es más que discriminación, es complicidad. Mi pantalón no miente: estoy comiendo mal. He buscado compensar mis múltiples frustraciones con salteñas, chicharrones y comidas ricas en grasas saturadas que hacen mal a figura y corazón. Análisis de sangre muestran un ascenso en mi nivel de colesterol, evidencia adicional que confirma lo que me dice cada ojal que en mi cinturón voy estrenando: “mucha mantequilla y marraqueta”. Pero amigos que comparten confidencias me aseguran que estoy bien.

Debajo de un jean descolorido se oculta una mortal tendencia. Tal vez ante los ojos de mis leales huestes y camaradas mi peso esté bien y – en comparación - mi ancho esté por debajo de la norma establecida. Ese triunfalismo es subjetivo y relativo. El problema con engrosar no es inmediato. La factura que nos pasa la vida por conductas y valores deficientes se manifiesta en el largo plazo, cuando la tendencia se expresa mañana con cardiaca vehemencia. Ofuscados por su cariño, mis correligionarios implícitamente aplauden malos hábitos. No me hacen un favor. Si fueran más honestos, me advertirían del peligro en mi tendencia.

Arropados en banderas ajenas de mártires del ayer y enarbolados en el poder con votos cansados de viejas maneras de gobernar, los poderosos de turno se jactan de ser muy “democráticos”. Con su poncho sacramental cubriendo la daga usada para satisfacer su sed de poder, el Gobierno se jacta de ser mejor que las dictaduras del pasado. ¡Sin duda alguna! Si me baso en lo que la mayoría de norteamericanos y cochabambinos consideran grosor aceptable, podría justificar desayunar chorizo con huevos fritos todos los santos días.

En contraste con tanques en las calles, asesinatos políticos y botas militares pisándoles el cuello a disidentes, la actual administración del poder del pueblo es de rosas un vergel. Si contrastamos esta coyuntura con tiranos del pasado y su abiertamente fascista agenda de colocar al Estado por encima del interés individual, hoy vivimos una libertad digna de final de Hollywood. En contraste con el machismo, racismo, discriminación, tecnología, expectativa/calidad de vida, alimentación, libertades, medicina y opciones de entretenimiento de hace apenas una generación, hoy vivimos en el paraíso terrenal.

Por muy grande el contraste con el pasado, aún no hemos cumplido con la promesa de justicia y libertad del ser humano. El proceso evolutivo de la sociedad no se detiene porque por fin hemos salido de las cavernas. Los bolivianos estamos lejos de haber llegado a la tierra prometida. Todavía nos quedan mucho por andar. Entre otros, nos queda pendiente el camino del progreso sostenible y ecológico, que nos saque del fondo de la lista de países subdesarrollados. El momento es bueno. Entre las opciones disponibles, el Gobierno actual es la mejor. Pero de seguir enfilado en la dirección de imponer sus supremacías, mañana podría vencer la tendencia de peligrosamente engrosar un Estado goloso, groseramente antojadizo.

martes, 12 de octubre de 2010

Quiste Anarquista

Luis Arce Gómez sugería “andar con su testamento bajo el brazo”. Hoy andamos con pie de plomo, temerosos de provocar la ira del todopoderoso. Cruzar una línea subjetiva puede convertirlo a uno en racista, terrorista, separatista, discriminador u otro enemigo del Estado. No obstante el miedo en el aire, anarquistas aún pretenden subvertir la buena costumbre de arrodillarse ante el poder arbitrario del Estado.

Neoliberales del existencialismo, algunos anarquistas aman por encima de todo su libertad individual y rechazan la intromisión del Estado en su vida privada. En el otro extremo están los anarco-colectivistas, que comparten con el comunismo su desprecio de la propiedad privada. Más anti-capitalistas aún son los anarco-primitivistas, que pretenden desmantelar toda tecnología de escala industrial, para regresar a un estado natural “no-civilizado”. Cualquiera su inclinación, todos promueven la anarquía, que implica la destrucción del Estado.

En Achacachi perros “cambas” fueron degollados, mientras que en Sucre ciudadanos sufrieron graves vejaciones; ambos casos graves atentados contra nuestra organizada civilidad. Es inverosímil pensar que en estas pugnas territoriales por el poder político, el repudio sea motivado por características físicas que todos compartimos. El racismo existe; violentamente mellar la dignidad o torturar a muerte a un ser debería tener cárcel. Pero el disparador del criminal repudio en Sucre y Achacachi se origina en un ancestral instinto de controlar el poder, lo cual incita un repudio visceral hacia el adversario y su ideología, más que un repudio incitado por el color de su piel, que es la misma.

La discriminación más grave es hacia la mujer, porque destruye la moral, autoestima y justicia dispensada a mitad del pueblo. La educación, desincentivos económicos a empresas que no avancen la igualdad de género y avanzar la independencia económica de la mujer permitirán superar este vergonzoso escollo. La mayor fuente de discriminación es la pobreza y dependencia ante un ente poderoso que se impone con sus dadivas, castigos y miedo. Hacer al pueblo dependiente del poder del Estado es bien machista.

Menos los anarquistas, todos queremos un Estado eficiente y un Estado de Derecho sano, que preserven un orden civilizado. Diferimos en las estrategias utilizadas para lograr objetivos compartidos. Nadie está a favor de la discriminación. Todos queremos una nación unida, próspera e igualitaria. Mientras más dignidad y éxito tenga mi vecino, más oportunidades de triunfar tendré yo. Pero mientras que progresistas (Noruega y Suecia) avanzan objetivos compartidos a través de la libertad, conservadores (Corea del Norte, Arabia Saudita e Irán) lo hacen a través del miedo y férreo control por parte del Estado.

Los anarquistas son un tumor para la supremacía y hegemonía del Estado, un grupito sedicioso que avanza su cáncer con muy bajo perfil. El Gobierno no los considera un peligro, porque asume que son cómplices de extrema izquierda. ¡Más bien! La artillería está siendo apuntada contra los medios de comunicación, un blanco que supusieron sería más fácil. Aplaudo el intento del Gobierno de ponerle fin al racismo y la discriminación. Ojalá eleve nuestra autoestima permitiendo que la sociedad produzca los empleos que con “voluntad política” sus burócratas son incapaces de inventar. Lo que objetamos muchos, es que intente avanzar objetivos compartidos fomentando temor y mayor división entre hermanos. Su espíritu draconiano e insaciable apetito de control alimenta un extremista absceso libertario. ¡Qué buen quiste!

jueves, 7 de octubre de 2010

Humilde Botadero

Un excelente clima hace más fácil recorrer a pie nuestras calles de Mecapaca. Los paceños, conocidos caminantes y vecinos lejanos, añoran bajar de sus cerros para disfrutar de nuestro valle, una quebrada que se forma rio abajo, entre aguas servidas capitalinas que riegan verdes praderas. Testamento del crecimiento de nuestro humilde paraje son las varias ferreterías que suministran el codiciado cemento. Hablando del mortero con el que se erigen paredes para cobijar humildes pueblerinos, el otro día me aventuré a felicitar por su nuevo hotel a un antiguo vecino, político de cepa y osado empresario nacional, don Samuel Doria Medina.

Sorteando invitados pinteando telas de abolengo, ingrese al Hotel Andino Resort & Spa, para admirar una obra que a la distancia vi crecer. Pudo más mi curiosidad y ganas de expresar buenos deseos, que el pundonor que deberíamos sentir los lugareños cuando no vestimos a la altura de la ocasión. Con mis zapatos de tenis y camiseta estampada, común atuendo entre habitantes del lugar, disfrute de la hermosa arquitectura colonial e hice indebido usufructo de deliciosos bocaditos reservados para invitados.

Pero si de malas costumbres se trata, la flor se la lleva la contaminación de una cancha de futbol y de facto parque de Mecapaca, un desafortunado paraje a apenas 100 metros del arriba celebrado hotel. Un nefasto despliegue de botellas de PET y bolsas plásticas cubren los precarios sumideros del parque/cancha, por donde abiertamente transitan desechos de todo tipo. Conozco personalmente el parque/cancha y su desgracia, porque para llegar a Mecapaca desde mi humilde morada, debo atravesar por sus polutas entrañas, a pie.

Mecapaca muy pronto será la nueva entrada a la ciudad de La Paz. Se construye lentamente una carretera que empalma la zona sur con Cochabamba, ágil ruta que permitirá llegar de un valle al otro valle en tres horas, o menos. Con su nuevo y lujoso hotel y cada vez más y más vecinos, Mecapaca pasará de ser un lindo paisaje donde engullir chicharrones o hidromasajes (dependiendo del estatus social), en parte integral del corredor La Paz-Cochabamba. Por el momento, sin embargo, no existe siquiera un basurero municipal, ni camiones que se dignen venir en cuatro ruedas a librarnos de nuestra porquería.

A tiempo de reiterar las felicitaciones a Samuel y dar la bienvenida a prósperos empresarios que nos dignarán con su visita, el pueblo de Mecapaca hace un llamado a las autoridades y ONGs ambientalistas, para que se den el tiempo de pasear por nuestra contaminada huerta, en lo posible un recorrido a pie. Los recursos del pueblo han sido mal usados: los naturales están siendo contaminados y los económicos fueron supuestamente hurtados por Rosmery Gutiérrez, nuestra ex –alcaldesa. La señora está formalmente acusada de malversación. En dos oportunidades no se presentó ante la fiscalía. Gutiérrez viste de colores políticamente correctos, pero rehúsa aceptar varias invitaciones a declarar. Los vecinos quisiéramos que aquellos acusados de corrupción también nos rindan cuentas. Pero pueblerinos de Mecapaca – con la excepción de don Samuel – no damos “pie con bola”.

martes, 21 de septiembre de 2010

Sin Embargo en la Habana

Fósil de la Guerra Fría, el embargo yankee a Cuba es un vestigio jurasico perpetuado por una extremista minoría de derecha, que tiene rehén la política exterior de su nación. En Washington quisieran abandonar la paleolítica política del bloqueo y empezar con Cuba un vigoroso intercambio comercial. Pero no pueden, porque en Florida - codiciado y decisivo premio electoral- Fidel Castro aun inspira rencor; un odio visceral que se reproduce entre reaccionarios del extremo opuesto al sur de Miami.

La URSS controlaba el petróleo y gas de Georgia, Armenia, Azerbaiyán y la producción agrícola de Ucrania. Además de sus ricas colonias, la URSS tenía industriosos y disciplinados satélites en Europa: Alemania, Checoslovaquia, Polonia, etc. Sin embargo alguno, Gorbachov llegó a la misma conclusión que Fidel: “El control estatal de la economía es una receta para el fracasado”. La URSS era libre de exportar a China, India, África, Cuba y mitad del continente europeo. Sin embargo alguno, su modelo estatista fracasó. ¿A quién echan la culpa de la implosión soviética los reacciona-saurios?

El 2008, Cuba importaba el 80% de sus alimentos de EE.UU. Ahora importa menos, porque no tiene con qué pagar. Debería importar su comida de Venezuela, pero las fincas expropiadas producen cada vez menos. Españoles, rusos y franceses invierten miles de millones de dólares en Cuba para crear, casi exclusivamente en el sector turismo, empleos mal pagados. Los rusos son libres de invertir en producir alimentos, pero por alguna razón no lo hacen. En Cuba advierten: “¡No sea come miel-da!”. Resulta profética la exclamación, porque lo que comen los cubanos es pollo y maíz producidos por agroindustrias norteamericanas.

Los países del ALBA se han pronunciado en contra de Tratados de Libre Comercio con el “imperio”. Pero los “sin embargo” se amargan de lo que Cuba no puede exportar su dulce azúcar a EE.UU. Entiendo mal, ¿o es que los “sin embargo” exigen un TLC entre Cuba y EE.UU.? Si acaso Cuba llegase a exportar su monocultivo a EE.UU., ¿sugieren los “sin embargo” que se les imponga un arancel? Si los “sin embargo” piden un TLC entre Cuba y EE.UU., son la excepción entre los hermanitos del ALBA. Si los “sin embargo” piden se levante el embargo, pero se impongan aranceles al azúcar cubana, estarían castigando aun más su competitividad. ¡Qué coño e´ lo que tú quiere, chico!

Con, o sin embargo, a un cubano promedio no le alcanza para comprar bienes subvencionados por el Estado, mucho menos importados. La industria cubana se enfoca casi exclusivamente en producir alcohol, nicotina y complacer turistas, precisamente los vicios que en 1950 solían detestar de la otra dictadura los actuales “revolucionarios”. ¿Si levantan el embargo, qué exportarían? ¿Médicos y beisbolistas?

A Rusia le tomó 90 años entender que someter la economía al yugo de un solo partido no funciona. A China y satélites soviéticos les tomó 50 años entender la misma lección. Cuba quiere abandonar el clientelismo y monopolio estatista. Pero no puede, porque allí también reina el odio visceral. Las naciones ex –comunistas son pueblos de mil batallas, organizados y eficientes como ninguno. A rusos, chinos y alemanes el modelo comunista no les funcionó. Sin embargo, en Cuba la culpa es del embargo. El pueblo cubano es digno de gran admiración; educado, trabajador, honesto y talentoso como ninguno. Pero sin transformar su modelo estatista, por mucho que se levante el embargo, súbditos del régimen comunista seguirían pasando penurias para comer pollos “Made in USA”.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Un Espíritu Racista

Sangre indígena corre orgullosamente por mis venas. Temo que no puedo decir lo mismo de mi espíritu. No creo en la reencarnación. Quisiera poder decir que en una vida pasada fui Túpac Amaru. Temo que esa encarnación es privilegio de algunos poderosos. Algunos espíritus, sin embargo, han logrado poseer mi alienado cuerpo. Ninguno de ellos pertenece a una vida anterior. La rebeldía de Túpac Amaru Shakur (2Pac), un afroamericano que vendió 50 millones de discos cuando estaba vivo y más de 25 millones después de ser asesinado, es uno de ellos.

Dudo que puristas de su propia raza entiendan mi celebración de música de protesta afroamericana, melodías que expresan su desprecio del racismo con gritos egoístas, sus cuellos adornados de fastuosos collares de oro y diamantes, abrazando cuerpos voluptuosos, sentados en coches de carrera. Seguramente preferirían que celebremos solo música que ellos consideran legítima, cantadas en el idioma que ellos consideran aceptable, humildemente arropados en ponchos y aguayos. La intolerancia disfrazada de revolución es el espíritu que gobierna los andes del siglo XXI.

Regresiones inducidas por hipnosis de la Terapia de Vidas Pasadas (TVP) permite al paciente explorar encarnaciones previas. Parece que barreras lingüísticas inhiben a espíritus de hermanos africanos aventurarse en tierras andinas, para asumir cuerpos bolivianos. No sé si expertos en TVP registran la etnia de vidas pasadas de sus pacientes. Presiento que la mayoría son etnias que salen en el cine, como ser un samurái japonés o un explorador holandés. Dudo que muchas regresiones acaben en memorias de África, cuna de la humanidad. ¿Sería ese un espíritu racista?

En esta vida yo fui criado por una descendiente de esclavos africanos. Mariana, mi madre adoptiva, era una mujer hermosa, su piel azabache como el carbón, su cariño y férrea disciplina una dulce memoria. En mis años de exilio me convertí en adolescente en un país de legado africano. Culturalmente, tengo más influencia caribeña que kolla. Extiendo una disculpa a los intolerantes por tal atrevida confesión. Espero que celebrar mi herencia africana no me haga, en sus confundidos ojos, un discriminador de lo andino.

En su arremetida contra el racismo, los intolerantes se olvidan de una muy poderosa arma en la crítica social: el humor. Mediante sarcásticas parodias que se burlan de estereotipos, el individuo no solo acaba en carcajadas, sino que acaba reflexionando sobre varios tipos de males “humanos tan humanos”; entre ellos el racismo. Si no podemos reíros de nuestras deficiencias, jamás lograremos trascender el flagelo de nuestra propia esencia tribal. Tal vez logremos reprimir instintos primitivos, pero la censura jamás permitirá transformar nuestra corrompida naturaleza.

En 1992, un policía de tránsito fue asesinado por un adolecente que escuchaba en su coche 2Pacalypse Now, de Túpac Amaru Shakur (2Pac), un álbum que rapea sobre asesinar policías. En reacción, el intolerante vicepresidente de EE.UU., Dan Quayle, demandó que el disco sea retirado del mercado. El ignorante mandatario norteamericano no pudo evitar utilizar su poder para intentar reprimir una expresión artística que “promueve la violencia”. Aquí también deberán monitorear y castigar a aquellos que reproducen películas, pinturas o música cuyo contenido pueda considerarse “discriminatorio”. Antes que pasen la Ley Contra el Racismo y Discriminación, elevo a Túpac (2Pac) una plegaria: “Mi negro hermoso, cuanto extraño tu violenta, irreverente y anarquista rebeldía”. “¡Volverás y venderemos millones!”

lunes, 13 de septiembre de 2010

Todo lo Contrario

Fidel Castro: Genio y figura. En el ocaso de su vida, su mejor arma es su peor enemigo. A sus adversarios Fidel supo hacerles hablar de más, como la vez que increpó con gran encanto al Presidente mexicano Vicente Fox sobre la supuesta instrucción de Washington de evitar que el cubano fuese a una cumbre en Monterrey. Ante la soltura de su homologo cubano, Vicente soltó la lengua. No sabía Vicente que su contraparte cubana estaba grabando su confesión, la cual la hizo pública, avergonzando internacionalmente al mexicano. Punto para Fidel.

Doce horas es mucho tiempo para ponerse cómodo. Ese fue el tiempo que Jeffrey Goldberg pasó con el Comandante, hablando libremente de todo un poco. A tal punto se habrán “sincerado” los dos, que en su infame retracción del comentario “el modelo cubano no funciona”, Fidel agitó con tono amenazante un dossier con la trascripción completa de su entrevista con Goldberg, como diciendo “no quieres, querido Jeff, que empiece a contar tus verdades”. Fidel no niega haber pronunciado las palabras que reporta Goldberg. Su argumento es que quiso decir “todo lo contrario”.

La verdad yace exactamente en el medio: ni el capitalismo, ni el comunismo funcionan. Ambas doctrinas, tomadas como ciego e inflexible dogma, pertenecen al pasado jurasico de la humanidad. Existen muy pocas verdades absolutas, sobre todo cuando de herramientas económicas se trata. Tener que seguir repitiendo esa sencilla lección, que debería ser una obviedad a esta altura del partido, refleja nuestra todavía incipiente consciencia sobre cómo funciona la vida: funciona en base a la diversidad.

En la naturaleza y en la sociedad lo que demuestra que funciona es una actitud abierta al ramillete de instrumentos que proporciona la vida, sean genes, estrategias de supervivencia o políticas económicas. Aferrarse a lo que no sirve es digno de dinosaurios. Pero el ejercicio del poder político es un estamento institucional que funciona en base al control. En el ejercicio del control político no se tolera que los de abajo cuestionen la verdad absoluta que sostiene la jerarquía. Por ende, por mucho que uno sea “Fidel”, quien realmente manda en Cuba es el aparato. Y al aparato no le gusta que le cuestionen sus formas y maneras de gobernar.

Decir una cosa y querer decir todo lo contrario está de moda. Decimos, por ejemplo, estar abiertos a la inversión y garantizar la propiedad privada. Decimos indignarnos con los regimenes totalitarios y defender la democracia. Decimos que aquí se acabaron los golpes de estado y las macabras prácticas de represión. Decimos estar en contra del monopolio (¿menos del Estado?) y contra la intolerancia (¿menos la del Gobierno?). Decimos estar a favor de la libertad. Tal vez, al igual que Fidel, queremos decir “todo lo contrario”

En Bolivia la inteligencia militar está siendo injustamente acusada de infiltrar la guardia municipal en La Paz con el objetivo de desprestigiar al Alcalde Revilla, cuando en realidad su intención es un noble ejercicio de simulación. En un nuevo mundo, donde reina la lógica de “todo lo contrario”, nuestra ingenua aceptación de una sencilla explicación puede ser también un simulacro. El poder nos obliga a tragarnos esas “verdades”. Pero pudiese ser peor. Todavía no estamos como el medio millón de cubanos que podrían tener que tragarse el tener que ser despedidos por el Estado, con tal de defender los triunfos de su revolución. Lo diga o lo deje de decir Fidel, se les prometió una utopía, cuando en realidad sus estómagos dicen todo lo contrario.

martes, 7 de septiembre de 2010

¡Qué Inocente!

Educar al pueblo sobre los principios enarbolados en la Constitución es una gran iniciativa del Ministerio de Justicia, porque el soberano debe entender cuál es su propia voluntad. En mi caso, admito ser un soberano ignorante. Temo que no estoy entendiendo muy bien el espíritu de leyes que supuestamente luchan contra la corrupción. Es posible que mi confusión de deba a que nunca me enteré que el Banco Unión fue adecuadamente auditado. ¿O es un delito exigirle cuentas claras a un banco que supuestamente también me pertenece?

En medio de mi propia confusión, pensé que debíamos todos estar muy atentos, para identificar, evitar y denunciar casos de corrupción. Entonces, ¿Por qué nadie hace eco a las preguntas del ex-Presidente Quiroga? En mi ignorancia, pensé que la ley hace cómplices de corrupción a aquellos que callan lo que saben. Supongo que el principio de “todos contra la corrupción” no incluye a ex -Presidentes que piensan diferente.

La ley es siempre perfectible. Ese principio ha llevado a una re-ingeniería Constitucional que intenta incluso desmantelar abstracciones mentales, como ser el “colonialismo”. Pero si el Presidente Morales se dio la molestia de emitir un criterio para perfeccionar leyes de otros países, exhortando al Presidente Obama “impedir continúe en vigor en el Estado de Arizona la injusta y más dura ley migratoria”, ¿no hubiese sido consistente con su espíritu también darse la molestia de pronunciarse en contra de leyes que castigan el adulterio con muerte por lapidación?

Bolivia debió haberse pronunciarse en contra la posible tortura y brutal asesinato de una mujer por el crimen de ser infiel. Pero mientras que el Presidente Morales exige públicamente al Presidente Obama “evitar que en su país retornen los oscuros días de persecución por el color de la piel y el origen racial”, se quedó mudo cuando fue el Presidente de Irán quien estuvo a punto de permitir se entierre vivo a un ser humano, para que muera lentamente asfixiada. Fue la indignación del resto del mundo la que obligó a Irán auto-censurarse y detener la macabra ejecución. La ley iraní, sin embargo, sigue exponiendo a la mujer a brutales castigos por atentar contra su muy relativo concepto de moral. La reserva moral de la humanidad debería pronunciarse contra esta burda y discriminatoria brutalidad.

Tal vez las víctimas aquí sean el gobierno de Irán y el Banco Unión. Ante esta posibilidad, el Gobierno es incapaz de exigirle a Irán que nunca más someta mujeres a una mortal y salvaje tortura; y la Contraloría exigirle a nuestro banco ayudar esclarecer si el dinero que administra de Venezuela entra, o no entra al PGN. Pero si una conferencia de prensa no absuelve al Alcalde Revilla de gastar indebidamente 500 dólares al mes, el Banco Unión tampoco debería ser declarado inocente sin una correspondiente investigación. Mucho menos cuando ni siquiera pueden ponerse de acuerdo con el presidente de YPFB sobre la suerte que corrieron los 45 millones de dólares del contrato YPFB-Catler Uniservice.

El espíritu del Ministerio de Justicia e intención de socializar el conocimiento de la ley ante el soberano es digno de admiración. Espero logre sacarme de mi ignorancia. Entre cuñas publicitarias que elevan banderas, y acciones concretas que demuestran los peligros de doble moral, el pueblo deberá ser educado. Mientras, nuestra indignación es muy relativa. Algún día, el pueblo aprenderá a exigir que su voluntad, plasmada en leyes, se aplique imparcialmente. En ese espíritu, una auditoría comprobará que nuestro banco es inocente de toda corrupción.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Sobrevivir Bien

La oligarquía boliviana fue la primera en jactarse que en Bolivia se vive bien; viejos patrones cuyo buen vivir sigue “bien” subvencionado por los menos afortunados y sus sueldos de miseria. Pero todo poderoso fácilmente se acostumbra a “vivir bien” a costillas de los demás. En reflejo de este espíritu, el Ministro Coca se jactó ante cámaras de ATB que los pilotos que se capacitan para volar el Falcón presidencial perciben “sueldos bajísimos”. Si profesionales encargados de proteger la integridad física de nuestro Primer Mandatario reciben por su esmero sueldos bajísimos, ¿qué podemos aspirar los marginados del lujoso aparato expropiador del MAS?

A diferencia de la corrupta e inepta oligarquía que gobernó en aras de un beneficio personal, abnegados siervos públicos se postran ante un nuevo patrón: el Estado. Si la idea es construir un socialismo avanzado - tipo Noruega - donde el pueblo entrega casi 50% del sueldo al Estado a cambio de su protección, entonces ¡buena idea! Pero los nuevos patrones aun no aprenden a volar tan alto. Esa misma ineptitud, ignorancia y arrogancia la habíamos vivido bajo el yugo de reyes incas, españoles y criollos del pasado. Por suerte, la economía boliviana siempre ha sobrevivido gracias al mercado. En barrios populares, grandes fortunas han sido creadas bajo el régimen de un de facto tratado de libre comercio. Pero ahora el Estado-ídem-Gobierno quiere que su lujoso aparato obtenga todos los beneficios y que todo quede bajo su control. También necesita más dinero, en forma de tributos. ¡El Cesar debe mantener su avión!

Eliminar el contrabando es una buena idea. Siempre y cuando los ingresos no sean esencialmente para financiar el lujoso aparato estatal y la norma permita proteger de una competencia desleal a empresas que invierten en Bolivia, en aras de desarrollar industria, crear empleos y aportar con impuestos al bien común. Eliminar el contrabando es una buena idea. Siempre y cuando forme parte de una política integral que se traduzca en desarrollo productivo – ecológico y con responsabilidad social- un objetivo que no lo puede lograr por si solo un Estado tan inepto que no puede siquiera conducir sin ayuda venezolana su ostentoso aparato volador.

Antes de volar lejos en su imaginación, sin previa licitación y con dinero de los bolivianos, deben aprender a manejar bien la economía, que es de todos. No es suficiente meternos la mano al bolsillo, justificando su manoseo con la excusa que es para “vivir bien”. ¡Vivir bien ellos! Los modelos de desarrollo socialistas sostenibles, que si funcionan, son economías integradas al mercado, donde se respeta las inversiones y donde el Gobierno no interfiere, ni pretende eliminar toda oposición, para convertirse - a la Luis XV - en el Estado. Y, ¿dónde está la inversión?

Se jactan los poderosos de una economía “sana”. El pueblo, sin embargo, siente en sus bolsillos solo la Palpable Mano del Estado: nuestro nuevo patrón. Creen que burbujas, déficits, inflación y demás ciclos del mercado solo ocurren en el extranjero. En su imaginación de alto vuelo, Bolivia está blindada de todo mal. Pero su lento desmantelar del aparato productivo no crece la economía: crece al Estado, que necesitará cada vez más recursos para sobrevivir. Una opción es seguir expropiando. Otra es incrementar el déficit fiscal. Otra es intentar llenar las arcas con tributos. Mientras puedan, seguirán quemando nuestros recursos naturales y jet fuel, para alimentar un aparato cada vez más caprichoso, observando desde arriba como los menos afortunados sobreviven con sueldos de miseria.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Suma de Focos

El Gobierno no es culpable del incendio-pseudo-planificado más grande del mundo. El uso del fuego como herramienta agrícola se remonta al principio de la civilización. A lo largo de su depredadora historia, el ser humano ha tratado al planeta como un objeto que debe someterse a su voluntad. El Gobierno entiende, pero no defiende, el uso del fuego para mantener encendida la mala costumbre de tratar a la Madre Naturaleza como un bien público. En “La Tragedia de los Comunes” nos advierte Hardin: “Aquello que pertenece a todos, pertenece a nadie”.

En la suma de locos, más voluntades individuales = mejores bienes colectivos. Su lógica: “Si todos amamos a la Pacha Mama – que es de todos y de nadie – todos nos sacrificaremos por ella”. La lógica es una buena historia de amor, que gana devotos. En la realidad, la amada sale más de una vez con moretes y un ojo verde, consecuencia de una pasión desenfrenada. La mayoría actúa según la probabilidad de beneficio/castigo que gobierna una sociedad. Existen excepciones. Pero la mayoría responde a incentivos/desincentivos, sea un cerdo de Wall Street que abusa del mercado o un campesino que deshierba sin romper su extenuada espalda. Aristóteles decía: “Aquello que es común al mayor número, recibe el menor cuidado”.

En medio del humo de su creación, un chaqueador se queja: “¿Me ignoran, pero ahora me piden que trabaje más por su salud, vuelos aéreos y batalla contra el calentamiento global?”. Las opciones del chaqueador son no trabajar mucho y abusar de un bien común, o invertir mucho más tiempo, dinero y esfuerzo en su cosecha. ¿Cuál elegiría usted? Si el castigo por incendiar la Pacha Mama es 20 centavos de dólar por hectárea quemada, entonces las grandes mayorías preferirán invertir en un buen encendedor y quemar el camino a un mínimo esfuerzo.

¿Blasfemia capitalista? Ignorar que es muy común que el ser humano actúe dentro de los límites de la racionalidad individual tal vez sea muy popular, pero es también muy ignorante. Incluso un niño entiende que el otro ha de responder racionalmente, y que su sonoro berrinche no ha de siempre funcionar. Esa lógica fue aplicada en Potosí, donde supusieron que la población respondería racionalmente ante el hambre y presionaría a los traidorcitos a desistir sus medidas de presión. Pero una razón individual puede parecer irracional al grupo; y viceversa.

La racionalidad del individuo (menos esfuerzo) es irracional para el conjunto (mayor contaminación). Pero la irracionalidad del conjunto (pasar hambre) puede ser racional para el individuo (defender su herencia y dignidad). El equilibrio ente la racionalidad del individuo y del conjunto requiere de más que ingeniería social. Por ejemplo, el incendio-planificado debería incrementar nuestra consciencia ecológica. Las consecuencias son nefastas y afectan a todos por igual. Entonces, ¿por qué no son más “patriotas” los chaqueadores? ¡Porque queman un bien que, al ser de todos, es de nadie!

Moraleja: Que casi todo sea un bien en común no avanza siempre el bien común. Otra: Con zanahorias y garrotes se avanza el bien de todos. Pero si el ímpetu es poco a poco expropiar todo foco económico para crear un bien público, bien grande, más grande también tendrá que ser el garrote usado para garantizar su buen uso, una buena costumbre por lo general individual. Con ayuda de satélite pueden capturar los focos culpables de incendios criminales. Si a falta de incentivos económicos, solo queda imponer la ley, tal vez conviene vender nuestro lujoso Falcón para construir muchos focos de detención.

miércoles, 18 de agosto de 2010

De Cascarón a Huevo

En la derecha los pollitos dicen “pio, pio, pio” y comérselos te hace gay. ¿Y el huevo? En su ovalado refugio, el embrión ambiciona con transformarse en polluelo eterno. Dependiente de viscosos nutrientes, luego emergerá un pájaro capaz de alimentarse a picotazos. Aunque son el mismo, existe una diferencia: el huevo es posibilidad de ser, el ave es. Muchos proyectos de una sociedad son como el huevo: tan solo un ideal. Los campesinos podrían enseñarnos a esperar que salgan del cascarón, antes de contar nuestras gallinas.

Según la lógica lineal, toda relación causa-efecto es predecible. Bajo este raciocinio, arremeter contra el contrabando resultará en miles de millones de dólares para las arcas del Estado. ¿De dónde suponen los racionalistas ha de provenir ese dinerito adicional? Proviene de un pueblo que es indoctrinado a resignarse a “vivir bien”. ¿Bien qué? Si deja de comprar lujitos, los miles de millones de dólares jamás ingresarán al Tesoro General. Otra opción es impulsar una economía moderna y productiva, capaz de generar empleos que mejoren nuestra capacidad de aportar en impuestos los “miles de millones” que apetecen los de arriba.

De regreso a la granja: Gobierno y empresa privada, ¿nuevos aliados? A excepción de aduaneros, los empresarios fueron quienes más celebraron la nueva Ley de Aduanas. Si el modelo a seguir es el cubano-venezolano, su alegría puede ser poco duradera. En teoría, en el modelo comunista el Estado acaba confiscando casi toda empresa privada y asume el control total de la economía. Si acaso existe un beneficio de cerrar fronteras, en teoría ese beneficio debe ser para los que controlan todo nuestro poder: político, legal y económico. En teoría todo es posible. En realidad, no todo polluelo sale vivo del cascarón.

Entre las dualidades legales de una línea blanca que entra impunemente y una línea blanca que exportamos a naciones industrializadas, existe otra línea blanca que los potosinos han rayado en su rico salar. Los “miles de millones” de lingotes de plata que subvencionaron la economía mundial entre los siglos XVII y XVII son una deuda moral imprescriptible. En consecuencia, los potosinos no están dispuestos a nuevamente subvencionar - esta vez con su litio - la matriz energética del siglo XXI. Por ende, en el bastión andino del “vivir bien” (¿bien qué?), debería darse un debate sobre alcances y resultados de diferentes modelos de desarrollo e inversión. ¿O es que hay que condicionar también ese debate?

Potosí debe convertir su potencialidad en actualidad, o contentarse con vivir “bien sentados” sobre una de las reservas más importantes de energía. En su acuerdo con el Gobierno tal vez se especifique “cómo” se piensa atraer al departamento la inversión necesaria. No lo sabemos. Probablemente existe solamente el beneficio de la duda, una renovada fe en la capacidad del Gobierno de cumplir promesas, incluso cuando los inversionistas ven que nuestro modelo económico es un tanto esquizofrénico.

Antes de perder una monedita por culpa de “traidorcitos” en Potosí, se fueron al norte, al Amazonas, en búsqueda de otras cabezas, distrayéndose del propósito de atraer inversiones. Curioso que fue en el desértico sur donde se despertó un pueblo cansado de ser la amante ultrajada. Tanta teoría, se olvidaron de un “sur” cansado de tener que cascarle un huevo para apenas subsistir. Resulta que el huevo no es solamente la yema en el centro; es periferia también. Y para acabar con la pobreza necesitamos incubar las mejores ideas. ¿O es que el huevo le teme al cascarón?

viernes, 13 de agosto de 2010

Semejantes ... en el Poder

Incrédulo, perplejo, casi estupefacto, un dirigente de Caranavi se lamentaba: “Pensábamos que el poder absoluto era para ayudar a los movimientos sociales”. En vez de solo lamentarnos, pongamos las cosas en perspectiva: En el siglo XI la Iglesia Católica tenía el poder absoluto. ¿Qué supone usted fue la consecuencia de conferir al Representante de Dios potestades semejantes? Para muestra ancestral de “reserva moral de la humanidad”, podemos revisar la historia del Papa Benedicto IX. Si ni siquiera el mandato de encarnar al Creador y plasmar la gracia de Cristo pudo evitar su brutal arrogancia, ¿qué cree usted harían con un poder absoluto meros mortales cuyo mandato es destruir, entre otros, al capitalismo?

Hablar de la naturaleza humana ante fieles devotos de la ingeniería social es cometer un sacrilegio. Mejor hablo de la mía. Si la integridad física, material o moral de los míos dependiese de los caprichos de un poder absoluto, mis rodillas vivirían ensangrentadas. Mi disposición de someterme ante un implacable déspota está en buena compañía: la complicidad del pueblo alemán en el asesinato sistemático de millones de ancianos, mujeres y niños. De haber sido ciudadano alemán bajo el Gobierno de Hitler, seguramente hubiese sido cómplice del Holocausto. No tengo vocación de héroe, ni mártir.

Si acaso mi admitida mediocridad moral es la excepción entre ustedes, muchos más nobles mortales, mayor entonces mi fe en la naturaleza humana. En algo hay que creer. Para los alarmaditos, o fácilmente perturbados, permítanme ser claro: no se pretende aquí comparar a la Iglesia Católica con el Gobierno nazi; mucho menos a éste último con un Gobierno que dice despreciar toda dictadura, enarbola en teoría los derechos humanos y aun no me propina una pateadura por escribir estupideces. Lo que se intenta hacer es rescatar una verdad ancestral que reza: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Nietzsche se lamentaba también, “Humano, tan humano”.

Mis comentarios parecerían los de un nihilista despojado de esperanza alguna en el ser humano y su corrupta sociedad. No es así. Como dije arriba, admiro la naturaleza humana; con todo y sus fragilidades, narcisismos y apetitos incontrolables. El ser humano ha creado instituciones que hoy permiten organizar civilizadamente a individuos que sostienen una variedad de valores e ideas contrastantes. Gradualmente superamos un pasado salvaje, de guerras cotidianas, esclavitud y sometimiento; en evidente manifestación de una consciencia superior e ímpetu de cooperación que permea toda la naturaleza. Si acaso existe un factor común en la Creación, es el potencial-hecho-realidad del trabajo en equipo. Tan solo en nuestro cuerpo existen unas 10,000 diferentes formas de vida que conviven en armonía.

En el cuerpo humano, ninguna de las varias formas de vida pretende controlar y someter a las demás. Una de las virtudes de la democracia es la división del poder; en pesos y contrapesos que permiten ponerle freno a un poder absoluto que tiende a corromper al individuo. Pero bajo la excusa de “grandes mayorías”, esa virtud ha sido devaluada por quienes pretenden forjar una Bolivia a su antojo y semejanza. Celebro su confundido idealismo. El apetito del control total, sin embargo, nos trepa fácilmente a la cabeza, logrando a veces que lo único que seamos capaces de ver sea en todas partes una conspiración. Nuestra piel es trémula, proclive a la arrogancia. El hecho que somos todos semejantes debería poner en perspectiva los peligros de conferir a meros mortales todo nuestro poder.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Libres del Comercio

Porosas y desguarnecidas, las fronteras bolivianas ofrecen tránsito seguro para toda índole de mercancías, que salen e ingresan con un alto grado de libertad. Sin la necesidad de un tratado de libre comercio, se interna la última generación de electrónicos, brindando a ávidos consumidores fascinación audio-visual. La informalidad del comercio tal vez sea una subvención para el bolsillo de algunos sectores sociales; pero el de facto “arancel-cero” es también un desfalco hormiga de las arcas del Tesoro General. La evasión de impuestos en Bolivia es tan común que nos cuesta creer que en otras latitudes tal desliz es castigado con años de cárcel.

Consistente con el propósito de defender los intereses del Estado por encima de la economía individual, el Gobierno se propone utilizar su dilapidado capital político en imponer leyes draconianas que corten de raíz la cabeza al contrabando. El principio es sano: aportar al bien común pagando impuestos debe ser un deber cívico por encima casi de todos los demás. En la práctica, la burocracia suele interponerse a las mejores intenciones. Como reza el dicho, el demonio se esconde detrás de los detalles. Un desordenado agente aduanal que extravía su sueldo una noche de copas podría perder la compostura, agregando costos de transacción; entorpeciendo actividades comerciales.

En nombre de eliminar los peces gordos del contrabando, que obtienen un beneficio anual calculado en más de 1,500 millones de dólares, se puede acabar lastimando a los pequeños comerciantes que obtienen un magro margen por su delictiva complicidad. Se repite de esta manera una común desavenencia entre la mejor voluntad y consecuencias no intencionadas. El querer fomentar mayor justicia social destruyendo las fortunas de unos cuantos poderosos puede desarticular partes de la economía. Y si bien es cierto que las fortunas personales deben ser bien habidas, esa premisa no garantiza que las medidas que un Gobierno puede tomar hacia ese objetivo no acaben lastimando al pueblo al que se pretende beneficiar.

Otra asimetría no intencionada es entre la confiscación de camiones que traen contrabando y comerciantes que se dan el lujo de quemar su propia avioneta, una vez ésta ha cumplido su envío a otros mercados. Es decir, productos que entren al país serán sujetos al máximo rigor de la ley; mientras que nuestro más preciado bien de exportación (por encima de garrafas de gas subvencionado) seguirá bajo un régimen de relativa impunidad. Las arcas del Tesoro General serán beneficiadas por impuestos ocasionados por bienes que entran; y del efecto multiplicador de una producción que sale al exterior.

Gobernar bien implica tener la capacidad de satisfacer las necesidades esenciales de la población. Si el precio que albañiles, agricultores y obreros satisfagan las necesidades básicas de su familia es que asalariados de cuello blanco paguen más por su televisión plana, entonces el Gobierno habrá obrado correctamente. Las asimetrías forman parte del equilibrio necesario y - en la práctica - no se puede satisfacer a todos por igual. Pero por buena la voluntad, no será tan fácil acabar de la noche a la mañana con una economía informal que se ha enquistado en los bolsillos de muchísimas familias, incluyendo la de algunos aduaneros.

A los ingresos adicionales por concepto de aranceles ahora se suman 500 millones de dólares del Banco Mundial y un nuevo mega-pozo de gas, una inyección de capital que podría crear un efecto multiplicador adicional, impulsando la economía del Estado. De ser así, eliminar la subvención actual a bienes de lujo ilícitamente importados, únicamente afectará la economía de unos cuantos sectores vividores. De esta manera, avanzaremos en la promesa de una Bolivia que “vive bien…”; libre de banales consumismos y designios del intercambio comercial, subvencionando únicamente bienes esenciales y fieles al espíritu de la confiscación. Y si acaso participamos del mercado, que sea en calidad de un país netamente exportador.

lunes, 9 de agosto de 2010

Ejercer con Precisión

Un gremio debe capacitar a sus iniciados para que ejerzan su oficio con el mayor grado de precisión. Son “profesionales” porque evitan lastimar a quienes, con su arte, intentan brindar un beneficio. Un cirujano inserta el bisturí en la cavidad precisa porque conoce el cuerpo humano. Un ingeniero evita que colapse el puente, porque calcula con precisión su distribución de cargas. Si un abogado no entiende la ley, su ignorancia puede ocasionar una injusticia. Por último, nuestra Constitución especifica que un soldado profesional evita lastimar al pueblo manteniéndose imparcial en asuntos políticos que -por definición- representan intereses sectoriales.

En 1933, el gobierno de Hitler hundió al Bundestag en llamas para justificar la militarización de su nación. El 11 de septiembre de 2001, una excusa parecida fue utilizada por neoconservadores poseídos por la misión divina de desatar una Guerra Santa para salvarnos del fundamentalismo terrorista. Exiliado por Banzer y García Meza, sufrí en carne propia los azares de una doctrina militar interpretada caprichosamente para proteger ideologías sectoriales e intereses de grupitos de poder. Deportado a Chile, también fui testigo de cómo Pinochet intentó justificar su misión militar bajo el argumento de “mantener la paz y el orden”. La imposición a través del poder militar de una versión fundamentalista propia es – en estos casos -un infame factor común.

Al igual que en el gremio de cirujanos, ingenieros y abogados; militares que operan correctamente hacen mucho bien a la nación. Pero un ejercicio impreciso de su arte puede traer dolor, injusticia y luto. Mayor entonces la necesidad que la doctrina militar especifique con precisión sus funciones, competencias y áreas donde puede ejercer su poder idóneamente. En una democracia, por ejemplo, el ejército no puede patrullar las calles, debido que esa es competencia exclusiva de la policía. Únicamente bajo circunstancias tipificadas por la ley, como ser un desastre natural o invasión extranjera, pueden militares incursionar entre civiles, para subsanar una emergencia.

Cuando se le pidió defender la revolución popular de 1971 entregando fusiles a los movimientos sociales, el Presidente Juan José Torres contestó: “Fusil en manos de un civil es para matar soldados”. El monopolio de la violencia en manos del Estado no es un capricho “fascista”; es un consenso universal que estipula que el uso de armas de guerra no puede ser competencia de grupos sectoriales. Las FF.AA. y Policía Nacional brindan formación profesional, para que sus iniciados utilicen de manera imparcial y mesurada la prerrogativa de usar violencia, bajo normas estrictas que protegen la vida y las leyes de la nación. Ahora movimientos sociales son adoctrinados en el arte de disparar para matar. ¿A quién?

¿Dónde se inscribe una para formar parte de estas fuerzas “civiles”? ¿Puede cualquier ciudadano “trabajar junto” al ejército; o es este un ejercicio reservado para aliados del MAS? Cholitas haciendo abdominales, disparando fusiles de alto calibre, no preocupan mucho. El problema sería que, bajo la sombra de un enemigo abstracto con el que se aterroriza al pueblo, otras fuerzas irregulares - fuera de control o de origen extranjero - se sientan justificadas para imitar en suelo boliviano tan inocente milicia. Ojalá que el proyecto no pase de un geriátrico “servicio militar”; y que un verde-dólar de viscoso- negro-origen no seduzca a ningún diestro del gremio ignorar doctrinas y la propia Constitución, ejerciendo así con precisión la más antigua de todas las profesiones.

martes, 3 de agosto de 2010

Beneplácito de Washington

Como parte de una república federal constitucional, los estados que conforman los EE.UU. gozan de poderes concurrentes y de un gobierno independiente, que incluye legislaturas y cortes supremas propias. En caso de un conflicto entre leyes estatales y nacionales, tienen la primacía las leyes del gobierno nacional. Debido a su dogmático aferramiento a la desregularización y libre movimiento de bienes y servicios, olvidamos que en el “país de la libertad”, el gobierno central se impuso con mano férrea sobre los estados del sur, al costo de una guerra civil con más de medio millón de muertos. Muy atrás ha quedado la gestión de Abraham Lincoln y su épica voluntad de erradicar a la fuerza la esclavitud de la Unión norteamericana. En una casi lúdica voltereta del destino, le corresponde ahora al primer Presidente afroamericano ayudar a repeler legalmente una ley promulgada soberanamente por el estado de Arizona, debido a que contraviene preceptos constitucionales de la nación que prohíbe imponer normas racistas, por mucho que sean las grandes mayorías las que libremente deciden imponer su voluntad.

El narcotráfico de México a EE.UU. está en su máximo apogeo. Pero la mayoría de los que cruzan esa frontera es gente muy trabajadora y de bien. No obstante, bajo el excelente argumento que los millones de latinos ilegales subvencionan a la economía norteamericana con su mano de obra barata, efecto multiplicador de sus esfuerzos empresariales y pago de impuestos, se pretende que EE.UU. se vea obligado a aceptar la permanente violación de sus leyes migratorias y fronteras, una situación que México y Bolivia jamás aceptarían. Pero ese no es el punto. El punto es que, en nombre de defender la ley, una nación que se digne de mínima moral no puede vulnerar derechos civiles básicos, especialmente si dicha violación se basa en la condición étnica del individuo.

Una de las resoluciones de la ley de Arizona SB1070 era que cualquier ciudadano detenido bajo la “sospecha” de estar involucrado en una acción ilegal - que pudiese ser algo tan silvestre como pasarse una luz roja - podía ser obligado a demostrar si reside legalmente en EE.UU. En una brillante elocución, el Presidente Obama puso las cosas en perspectiva. La preocupación de Obama es que un ciudadano norteamericano de origen latino, cuya familia habita los hirvientes suelos de Arizona desde antes que los norteamericanos los usurpen de México, se vea sometido al acoso policial simplemente por el color de su piel.

En un histórico dictamen, la juez federal Susan Bolton suspendió partes de la ley SB1070 que pretendían legalizar el acoso racial, declarando algunos de sus elementos anti-constitucionales. No obstante, una porción de la ley ha sido sostenida: si una persona es formalmente acusada de un crimen y arrestada, es legal pedirle sus documentos migratorios, no pudiendo ser liberada hasta que compruebe su estatus migratorio. A su vez, Bolton dejó en pie la cláusula que convierte en delito de menor cuantía el dar albergue y transporte a los indocumentados. Los paralelos con la situación y delicada relación entre Gobierno central y departamental en Bolivia quedan para ser pintados con el color que cada quien le imprime a la realidad, según su propio prejuicio.

Nuestra constitución, lejos de ser daltónica, mira a través del color particular del ciudadano, un matiz que confiere derechos especiales en función a su identidad cultural. Al igual que en Arizona, la persecución por dar “albergue” a terroristas ilegales aquí también ha sido furiosamente desatada. Por último, ser acusado formalmente de un crimen aquí no es solamente justificativo para pedirle al imputado su pasaporte, sino para destituirlo de un cargo democráticamente electo, como se intenta hacer en Potosí. Interesante observar como armonizar normas nacionales y regionales es un reto tanto para la plaza Murillo, como para Washington. Las sensibilidades de ambos consensos, sin embargo, son muy diferentes, aun cuando en la superficie la imposición del gobierno nacional pareciera ser igual.

miércoles, 28 de julio de 2010

Estado que ha Estado

Celebramos que Bolivia es ahora un Estado Plurinacional. Curioso que la primera celebración bajo este nuevo estatus de la fundación de una República defenestrada, sea en Santa Cruz de la Sierra: último bastión de desarrollo capitalista. Hace apenas unas semanas la gobernación y alcaldía de La Paz, sede de gobierno, estaban inmersas en una pulseta para definir quien se quedaba con el derecho de organizar el 16 de julio; una fecha simbólica. Le corresponde ahora a la capital oficial de Bolivia - Sucre – quedarse con los crespos hechos. Parece que Sucre ya no es considerada bastión de la libertad, mucho menos protagonista del desarrollo económico. Una vez más deberán entender nuestros hermanos chuquisaqueños que la resignación es su única alternativa.

Queda en limbo definir cuál será la capital simbólica del Estado Plurinacional, ya que Sucre pertenece a un pasado colonial que preferimos dar por olvidado. Interesante será cuando celebremos el 22 y 23 de enero, fechas de la fundación del Estado Plurinacional y Departamento de La Paz, respectivamente. En la huella de una semana adicional de vacaciones para los niños, bajo la excusa que hace mucho frio, tal vez debamos considerar eliminar el 20 de octubre de la lista de feriados, ya que esa fecha fue impuesta por la corona española a un pueblo que hace milenios habita los predios de la actual sede de gobierno.

Bolivia se encuentra con un superávit de efemérides que quien más las siente es la economía. Entre feriados a granel se intenta educar una juventud cuya salud física no será protegida por las paredes de su casa; bastión indefenso contra la penetración de los virus del invierno. En contraste, su salud mental está siendo expuesta a sentirse nuevamente victimizada: esta vez por una Madre Naturaleza asediada por la depredación industrial capitalista. El frio que sentimos en los Andes – desde muchísimo antes de la industrialización - palidece con el que sufren hace milenios los niños de Europa y Asia. Pero es más fácil meter a nuestros niños en cama, viendo televisión, que inducirlos a aportar al desarrollo de un mayor intelecto, subsanando de esa manera el déficit de personal técnico capacitado del que se aqueja nuestro Primer Mandatario.

¿Será que el 6 de agosto y el 20 de octubre pasarán a formar parte de efemérides colonialistas, mientras que el 22 de enero pase a ser la nueva fecha digna de unir a los bolivianos? Haciendo vacuos simbolismos a un lado, lo que Bolivia necesita es incrementar la inversión y buscar mayores recursos. Irónicamente, ello requiere buscar nuevos mercados para nuestro gas y acelerar la exploración petrolera; combustibles que alimentarán grandes industrias en manos privadas, que escupen el carbono que provoca el cambio climático. A su vez, el Gobierno deberá hacer un lado diferencias ideológicas con Chile y Perú, para permitir que sus sectores privados profundicen su relación comercial con Bolivia, permitiendo que sigan colocando capitales en nuestra tan celebrada nación.

Debido a la ola de frio, los niños se quedaron una semana más en casa sin estudiar. Les corresponde a los adultos esforzarse por aprender lección alguna. Ahora que Oriente y Occidente celebran juntos una fecha tan cargada de simbolismo - como lo es la fundación de una República estigmatizada como “colonialista” – tenemos una oportunidad inmejorable para dejar atrás simbolismos caducos y juntos enfrentar el oneroso reto de adornar las humildes moradas con un buen sistema de calefacción. Santa Cruz ha demostrado contar con un modelo de desarrollo exitoso, una capacidad de absorber la migración de todo rincón de Bolivia, y una ética de trabajo que hace del Oriente un ejemplo a seguir. Si este 6 de agosto debemos empezar a dejar de celebrar a la República colonialista; celebremos un paso más hacia la reconciliación entre regiones, en pos de una verdadera unidad nacional.

lunes, 26 de julio de 2010

Abusos y Costumbres

Lucero, el ángel caído, empezó con tantas buenas intenciones, que empedró con ellas el camino al infierno. Creados por Dios, los arcángeles Miguel, Gabriel y Lucero gobernaron al mundo antes que Adán. Pero Satanás intentó derrocar y sustituir el gobierno de Dios. Como ahora se le achaca al diablo todo mal, bajo la sombra del príncipe de la oscuridad, costumbres malas e inservibles pasan desapercibidas. Al principio una costumbre empieza bien. De no ayudar a la supervivencia y convivencia del grupo, jamás serían reproducidas culturalmente. Pero una vez asumen una función social, las costumbres cobran vida propia y se enraízan en las maleables mentes de inocentes corazones. Cuando el niño crece, la norma social ya está impresa en su psique, por lo que es incapaz de cuestionar una autoridad que parece provenir del más allá.

Una tradición que se reproduce con gran eficacia es el dominio del hombre sobre la mujer. Lo femenino ha sido subordinado a lo masculino a lo largo de toda civilización. La cualidad seductora de la mujer fue siempre representada como peligrosa tentación; una caracterización avalada por varios libros sagrados. Cualquiera haya sido la función social que pudo haber cumplido el patriarcado, bajo las condiciones de la civilización a partir del siglo XVII - cuando el individuo empieza a obtener derechos civiles inalienables- el patriarcado empezó a dejar de estar al servicio del bien. Pero hay usos que – en vez de extinguirse – se aferran cuales parásitos mentales, transformándose en costumbres abusivas.

Antes de llegar los españoles al Tahuantinsuyo, al igual que sus contrapartes mayas y aztecas, nuestra civilización era un estamento vertical. El Inca dominaba con mano firme a súbditos que debían rendirle férrea pleitesía. Una vez la corona española reemplazó el bastón originario, todo cambió, menos la cultura del poder. En estas tierras andinas, el bastón de mando confiere al titular estatus de ser infalible e inmortal. Es bajo la sombra de este acondicionamiento histórico que la Ley Marco de Autonomía y Descentralización (Ley MAD), con las mejores intenciones, reproduce acostumbrados usos y abusos.

Un análisis exhaustivo de posibles marañas legales que pudiesen vulnerar la presunción de inocencia de líderes electos de la oposición, es un análisis que corresponde a un experto constitucionalista. Lo que sí es evidente es que el Titulo IX de la nueva ley, en sus capítulos sobre la suspensión temporal y destitución de autoridades acusadas “formalmente” de “algo”, no ofrece garantía constitucional alguna que evite utilizar la norma para ejecutar una cacería de brujas de autoridades democráticamente electas.

Para protegernos de vendettas políticas, la Ley MAD debía estipular que – ante una acusación formal que obligue la destitución de una autoridad –sea alguien del mismo partido quien asuma sus funciones. Con la ley actual se abre la puerta a que asambleístas y concejales – mediante intrigas judiciales que pueden resultar ser falsas – propicien el derrocamiento de una legítima autoridad. Irónico que apenas unos días después de habernos rasgados las vestiduras por el último golpe de Estado a manos de Luis García Meza, se reproduzcan usos y costumbres que podrían imponen mandatarios a la fuerza, vulnerando una vez más la confianza que depositamos en las reglas de juego. Queda en duda entonces que las “minorías” políticas sean medidas con la misma vara; a la vez que se legaliza de facto el derecho de azotarlas con el bastón.

Flavio Machicado Teran

lunes, 12 de julio de 2010

Dulce Subvención

Coca Cola: el más popular estandarte del capitalismo y conocido factor de obesidad. Cuando nuestro cuerpo metaboliza grandes cantidades de azúcar todos los días, la otra blanca refinada se transforma en veneno. Para frenar los males asociados con este dulce asesino, el municipio de San Francisco, California, ha prohibido la venta de gaseosas en propiedad pública. Máquinas dispensadoras de la coca más famosa del planeta ya no tienen cabida en zoológicos, parques, museos, escuelas y cualquier espacio físico bajo la jurisdicción de aquellos que también administran la cárcel de Alcatraz.

El argumento del alcalde Gavin Newsom es que ciudadanos responsables, con una dieta sana y equilibrada, subvencionan con sus impuestos a sibaritas que se arrepienten de su estilo de vida camino al quirófano, o al contraer diabetes. Adicciones privadas a comidas chatarras imponen costos sobre recursos públicos destinados al sistema de salud. Los impuestos de los mesurados subvencionan los males ocasionados por los excesos de tragones. Esta subvención es inaceptable para Newsom, por lo que quienes quieren lentamente suicidarse deberán comprar sus “cocas” en tierras que no pertenezcan a la ciudad del Golden Gate.

Una cosa es implementar normas que ayuden -a nivel local- administrar mejor el presupuesto asignado al sistema de salud. Otra muy diferente es corregir distorsiones de mercado, como ser la existencia de monopolios, una ley que debe aplicarse a nivel nacional. Es en ese espíritu que el Estado Plurinacional arremete contra los contratos de exclusividad. El principio es sano. Pero más allá del espíritu de la ley, el Gobierno vierte posturas contradictorias en su implementación de la Resolución 001/2010. Por una parte pretende “garantizar la libre comercialización de productos y la libre elección por parte de clientes y usuarios”. Por otra, pretende hacernos creer que “bajo la lógica del viejo Estado” el “mercado atenta contra la economía de usuarios… imponiéndoles un producto y una calidad”.

Las normas anti-monopólicas ya existían en el “viejo Estado”, hombre de paja favorito para - en temas económicos - marearnos la perdiz. A excepción del comunismo, las normas anti-monopolio son ubicuas en todo modelo de desarrollo hace ya más de 90 años; y tienen como objetivo precisamente un mejor funcionamiento del mercado. Las que atentan contra el consumidor son agendas políticas que colocan a la ideología por encima de la economía, distorsionándola según intereses sectoriales. Pero incluso si el Gobierno fuese sincero en su propósito de evitar los monopolios (BOA/Coca-Cola/Paceña) e incentivar la competencia (Aereosur/Coca-Quina/Auténtica), la nueva norma expone ambigüedades que pueden surgir en relación a las competencias que tiene un municipio bajo el nuevo régimen de autonomías.

Una vez arqueólogos, historiadores y la ciencia genética ayuden a auto-determinar la jurisdicción de cada una de las 16 naciones aymaras, estas pueden entrar en conflicto con las municipales. En teoría, las discrepancias se resolverían en algún tipo de Consejo Superior. En la práctica, las TCOs podrían auto-determinar que la Coca-Cola “malea” a la juventud y denunciar su infiltración con fines de “desestabilizar” el proceso cultural de cambio. Si las TCOs norman la “expulsión” de la Coca-Cola y prohibición de su tránsito por territorio indígena, ¿Qué tipo de autonomía tendrían los municipios que queden bloqueados por la medida? Si por exclusividad cultural las TCOs deciden solo comercializar Coca-Colla, ¿Dónde quedaría la libertad del consumidor y competencia en el mercado?

El escenario anterior es inverosímil. Ello no garantiza competencias municipales autónomas, la libre competencia en el mercado, ni la libertad de elección del consumidor. Dentro del nuevo régimen de autonomías, las jurisdicciones se mueven cuánticamente, cual electrón que puede estar en varios lugares a la misma vez. En rio jurídico revuelto, lo que el nuevo régimen de autonomías lograría es subvencionar el poder de dirimir del gobierno de turno: dulce subvención para el poder centralista del Estado.

jueves, 8 de julio de 2010

Datos del Tiempo

Era de muy mal gusto recordar durante las fiestas del 16 de Julio que una traición al líder aymará Zárate Willka ayudó a encumbrar políticamente nuestra gran ciudad. Lo tradicional era celebrar a La Paz sin mayores reflexiones. La desidia se irá desvaneciendo lentamente, para dar lugar a un pueblo más maduro, cuya mayoría realmente crea en las autonomías: un paso más hacia un verdadero federalismo y descentralización. El hecho que los paceños nos volcamos mayoritariamente para votar por el primer Presidente indígena, es un paso importante hacia la expiación de nuestros graves errores del pasado. Los logros y reivindicaciones se han ido acumulando a lo largo de nuestra historia, para transformar radicalmente a la ciudad de La Paz. Pronto también quedarán atrás los días cuando el poder económico manipulaba el poder político.

Los retos de nuestro municipio van más allá de enmiendas morales, para incluir problemas estructurales que - a la vez que nos regalan una gloriosa panorámica - erosionan nuestro potencial de expansión. Los empinados bordes limítrofes de nuestra hoyada crearon dudas sobre la capacidad de seguir recibiendo nuevos integrantes a la urbe paceña. El enclaustro geográfico fue cómplice del enclaustro mental, dificultando soluciones a nuestro congestionado tráfico vehicular. Ahora se vislumbra una ciudad que se descuelgue desde sus laderas en modernos teleféricos que alimenten de pasajeros un sistema de transporte urbano masivo. El más caudaloso rio será embovedado y los Puentes Trillizos brindarán nuevas redes de intercambio de energía para barrios otrora marginados. Con sus finanzas públicas saneadas y dignas de una calificación “A” por la calificadora de riesgo internacional Fitch Rating, la ciudad de La Paz se perfila para redimirse de su papel centralista y superar sus limitaciones estructurales.

El corredor bioceánico acordado entre Brasil, Chile y Bolivia es otro gran paso de integración que ha de brindar una ruta de acceso para exportar productos bolivianos por varios puertos marítimos. El enclaustramiento geográfico de la nación será pronto redimido. La carretera internacional pasará unos pocos kilómetros al sur de La Paz, convirtiendo a nuestra urbe y espigada hermana melliza en centros de acopio y exportación para productos provenientes de – irónicamente -Pando y el norte del departamento. El siguiente paso en esta visión es construir una moderna carretera que articule el norte de Bolivia con el sur, atravesando el eje occidental de la patria mediante una vía de desarrollo cuya cristalización queda en manos del nuevo gobierno departamental.

Las celebraciones sin mayores reflexiones pronto serán cosa del pasado. No son rituales los que lograrán crear un horizonte digno y de justicia para todos. Es irónico que – cuando el centralismo paceño es una vez más manzana de discordia - el decreto supremo en discusión sea el 441, una norma que faculta a la gobernación paceña organizar las efemérides del 23 de enero, fecha de la fundación del departamento de La Paz. Pueriles pugnas por los símbolos de la libertad y patriotismo no avanzan nada. El verdadero patriotismo consiste en crear condiciones de inversión y trabajo.

Muchos dignos y nobles bolivianos fueron injustamente inmolados en nombre de la angurria por el poder político, entre ellos Zárate Willka. Los actuales hijos de la ciudad de La Paz somos una nueva generación, con otra visión de país y otra visión de justicia. Justicia se hará cuando nuestro departamento, bajo el liderazgo de una metrópoli pujante y acogedora, ayude a integrar las voluntades y esfuerzos de un pueblo productor y generador de empleos. La autonomía e integración, después de todo, son dos caras de la misma moneda. Enclaustrar en la cumbre del poder a los que controlaban el estaño, o los que ahora manejan la plata del presupuesto nacional, debe dejar de ser una consigna digna de celebrar. ¡Que viva la igualdad y hermandad entre pueblos; y que viva la paz!

lunes, 5 de julio de 2010

Tea Coja

La tea de la libertad quedó encendida. Lástima que después de tantos años aun siga coja. Ser libre no es fácil; incluso en el espacio privado de nuestra vida personal. Aquellos con dinero mal habido son oportunos prisioneros de cada pedacito de espacio decorado y cuentas bancarias que su angurria apenas les permite disfrutar. Los entregados por completo a la meditación trascendental y celebración del milagro cotidiano son prisioneros de la intranquilidad que conllevan las cuentas pendientes. Una larga y estrecha paradoja atraviesa las cumbres borrascosas de la vida. El camino a la paz es una cuerda floja de contradicciones que deben ser equilibradas. Cuando atravesamos el abismo, ladearse demasiado hacia un extremo es correr el peligro de caer en algún tipo de esclavitud.

La esclavitud humana viene en diversas formas. Nuestra libertad puede ser limitada por una adicción al poder, dinero, afectos lascivos, grasas, adulaciones, cervezas y carbohidratos horneados recubiertos de mantequilla. Una dosis moderada de estos ingredientes brinda un adecuado nivel de bienestar. Sabemos que caer en excesos nos hacen mal y que el camino a la libertad requiere no dar rienda suelta a apetitos que acaban por imponerse sobre nuestro frágil ego. Para no caer al abismo, nos movemos entre la independencia e interdependencia; un equilibrio necesario si es que pretendemos escapar las fauces de la alienación narcisista, o dictadura de las masas.

Celebrar la libertad es más que un eslogan que da lustre a obras municipales, o brinda contexto mediático a la pugna del poder. Existen dos tipos de libertad, cuyas diferencias parece que aun pasan desapercibidas. Si no logramos entender las diferentes concepciones de la libertad, mucho menos lograremos encontrar entre ellas un equilibrio adecuado. Un tipo es la libertad positiva, que pertenece al conjunto de individuos que conforman un grupo. La libertad positiva confiere a la comunión de voluntades la capacidad de avanzar el horizonte compartido de igualdad y justicia. Es decir, la libertad positiva es una libertad “para” transformar la sociedad. La libertad negativa, en contraste, corresponde al individuo, y es la libertad “de” las limitaciones que impone el grupo. En lugar de responsabilidades, la libertad negativa está enmarcada en el derecho del individuo de pensar, acumular, adorar y amar según los dictados de su propia consciencia, sin dañar al otro y libre de los caprichos de poderes pasajeros.

La tensión entre libertad positiva y negativa está enmarcada en el principio taoísta del ying (comunión) y yang (agencia). El primero es un concepto femenino, izquierdista, solidario, que hace énfasis en la interdependencia y responsabilidades que tenemos de velar por la integridad moral y desarrollo de la comunidad. El segundo es un concepto masculino, derechista, individual, que hace énfasis sobre el derecho de ser un agente independiente, responsable de nuestro propio desarrollo, para aportar al bienestar colectivo mediante un esfuerzo libre personal. Si nos ladeamos hacia ese extremo, el individualismo desenfrenado lacera las fibras que unen a la sociedad, con un hedonismo consumista que aliena al ser humano del otro y cuyo dios es el todopoderoso dólar. El otro extremo es igual de infame, ya que también nos arrodilla ante la voluntad de un poder temporal, haciéndonos siervos de políticos que creen ser capaces de dictaminar e imponer su sabiduría, dentro las rejas de un Estado totalitario. La tea de la libertad descansa sobre dos piernas. Sin un equilibrio entre extremos, es coja su libertad.

miércoles, 30 de junio de 2010

Calentamiento Urbano

En teoría, una mala estrategia bien ejecutada debería ser mejor que una excelente estrategia ejecutada mal. Tales son las paradojas de la gerencia. Pero si en vez de una empresa, se administra una ciudad, las pugnas políticas hacen tanto más difícil lograr buenos resultados. A diferencia de una empresa, que tiene recursos y objetivos muy bien definidos, una mala estrategia de desarrollo municipal, por muy bien ejecutada, mala estrategia se queda.

Las grandes ciudades albergan la mayor parte de la población boliviana y sus economías influyen decisivamente en el desarrollo regional. Por ende, su adecuado crecimiento es un componente estratégico del desarrollo nacional. En ese sentido, diseñar y ejecutar proyectos integrales que mejoren el clima de inversión se convierte en prioridad para toda ciudad; incluso aquellas que aun viven del centralismo y suponen que atraer inversiones privadas no es prioridad.

Debates sobre el significado, alcance y recursos con los que cuentan los municipios bajo el nuevo régimen de autonomías dificulta el definir estrategias de desarrollo, por lo menos para municipios en manos de la oposición. Poderosas corrientes cuestionan el concepto de “competitividad” en sí; prefiriendo utilizar “complementariedad” para medir avances en la calidad de vida. Dichas imprecisiones obligarán a enmarcar la competitividad en consideraciones políticas y semánticas, lo cual ha de dificultar cada vez más la medición de algunas variables económicas. Aunque bajo estas abstracciones se dificulta medir el clima de las grandes urbes, cuantificar el éxito obtenido no es simplemente un ejercicio académico: es parte de la información necesaria para adaptar y evaluar estrategias, buenas y malas por igual.

Una medición básica de competitividad de una ciudad es la facilidad con la cual dentro de ella acontecen actividades que generan valor. Estudios empíricos, que incluyen a la China comunista, señalan a las siguientes variables como mejores vehículo para alcanzar ese objetivo: protección de la propiedad privada, estabilidad macroeconómica, disciplina fiscal, inversión en infraestructura pública y apertura al comercio e inversión extranjera. Ello no quiere decir que no existan excepciones, o que la competitividad no pueda ser el resultado simplemente de economías de escala. Es decir, el simple hecho de contar con masa crítica crea condiciones suficientes para atraer la inversión de empresas. En un país rural, una ciudad de un millón de habitantes es rey.

Durante el régimen de centralismo político, las ciudades estaban limitadas en su capacidad de diseñar estrategias de desarrollo. Ahora que han obtenido un mayor grado de autonomía, compiten entre sí, no tanto por recursos del Estado, los cuales deberían llegar a los municipios según lo determinado por la norma constitucional; sino que compiten por ofrecer mejores condiciones de vida, oportunidades de trabajo y seguridad jurídica. Las ciudades que ganen lograrán atraer inmigración, mejores talentos e inversiones. Por el momento la inercia regional determina que la inmigración campo-ciudad sea hacia la urbe más cercana. Pero la disponibilidad de información hará que las decisiones de dónde invertir y trabajar se realicen cada vez más educadamente.

Si la economía se enfría en los próximos años, la competencia por supremacía urbana ha de calentarse todavía más. En la medida que la administración de las grandes ciudades siga transformándose en algo más que velar por la vialidad, seguridad ciudadana y uso eficiente de recursos; para convertirse en el desarrollo de una estrategia que avance el clima de inversión, aquellas ciudades que mejor ejecuten buenas estrategias serán las que ganen en el juego de mejorar la calidad de vida. Desde la perspectiva del ciudadano de a pie, no se necesita ser un genio para optar por la estrategia de migrar a una ciudad que – entre otras bondades - ofrece mayores oportunidades de trabajo.

sábado, 26 de junio de 2010

Sino el Interés Personal

No existe objetivo más equivocado e ignorante que pretender avanzar el bien común “desprendiéndose del interés personal”. Todo lo contrario. Lo que debemos es entenderlo en su verdadera dimensión, un arte que implica comprender las bondades de la acción colectiva y peligros en abusar del esfuerzo de otros. A la vez que la cooperación es sinónimo de progreso y mutuo beneficio, una antigua norma no escrita es que nadie aporta libremente al bien común si no se establece con claridad el bienestar personal que emana de dicho aporte. Una cláusula de la norma es que, de existir incentivos perniciosos, la tendencia humana es disfrutar del esfuerzo del otro sin aportar ni una lágrima o gota de sudor. De alguna manera ese peligro hace necesaria la justicia comunitaria, reglas comunales no escritas para evitar abusos individuales. Pero cuando la comunidad es global, resulta difícil castigar a flojos y mentirosos.

Un ejemplo claro de un interés personal mal llevado es la posición de China, que disfruta de un mundo interconectado e interdependiente (que ha permitido impulsar su economía), a la vez que ignora rotundamente suplicas internacionales de actuar con miras al largo plazo del conjunto y en aras de la sustentabilidad global. Ahora que la economía mundial está en uno de sus puntos más crítico, existen grandes expectativas globales que China se incorpore completamente a la dinámica del mercado y contribuya a la recuperación mundial. Ese tema fue discutido en el G-20, celebrado en Toronto el sábado pasado.

El Banco Popular de China argumenta que el controversial superávit en su cuenta corriente ha sido reducida del 11% del PIB al 6.1%. Este desequilibrio (demasiado ahorro en China, demasiada deuda en EEUU) pone mayor presión sobre Washington para reducir su déficit fiscal; porque si se habla de trabajar en equipo, no se puede exigir sacrificios unilaterales. El desequilibrio actual se debe en gran parte al estímulo fiscal. El argumento norteamericano es que dicho paquete fue necesario y que el déficit en la cuenta corriente ha sido rectificado en el sector privado desde su punto más bajo en 2006 en un 8% del PIB; una reducción del déficit que está costando empleos en EEUU en la medida que la industria tiene menos capital para invertir. El tema de desequilibrios globales parece estar siendo superado y palidece en contraste a los peligros de proteccionismo, que sigue siendo la nube negra sobre el horizonte económico.

La devaluación del Euro es una apreciación - en términos de intercambio comercial - del yuan, lo cual resta un poco de presión a China de valorar su moneda en relación al dólar, una medida que las naciones industrializadas han estado presionando a Beijín. Para apaciguar los ánimos de sus socios comerciales, el Banco Popular de China se ha comprometido a “mantener la tasa de cambio del renmimbi (o yuan) básicamente estable a un nivel adaptativo y de equilibrio”. En términos reales, ello implica permitir que su moneda flote un máximo de 0.5% por día. Según Tao Wang de USB, ello incrementaría el valor del yuan hasta finales del 2011 a 6.2 por dólar (en vez de 6.83 actual). Ello no satisface las expectativas y puede conducir a que EEUU imponga tarifas a China, incidiendo negativamente sobre la recuperación global. En el análisis final, el déficit fiscal norteamericano no pudo ser posible sin una China con grandes superávits comerciales dispuesta a comprar bienes financieros de EEUU. Ambas naciones actuaron egoístamente. La pregunta después de Toronto es si China y EEUU lograrán trabajar en equipo, estableciendo normas que avancen el bienestar de todos. Parece que para el bien de todos, tanto China y EEUU deben comprender mejor donde yace su interés personal.