sábado, 5 de diciembre de 2009

Relativismo Post-Electoral

Si algún superávit tiene esa hermosa isla caribeña, es una pluralidad de percepciones sobre lo que es su realidad. No obstante, está lejos de ser “relativo” que gran parte de una visión opositora vive en Miami. Tener huestes simpatizantes en el extranjero, sin embargo, es una prerrogativa de la cual gozaron todos los partidos políticos bolivianos en las anteriores elecciones. En comarca andina la voluntad popular aun pertenece, incluso en el extranjero, al ciudadano; no a un solo partido. Es por ello que muchos bolivianos pudieron depositar su voto en Miami, Madrid y Buenos Aires.

Propongo, en el espíritu pluralista post-electoral, considerar legítima absolutamente toda percepción de la realidad cubana. Todos somos libres de elegir la versión de la verdad de Cuba que conozcamos personalmente, o que hayamos mejor imaginado. Ahora imaginémonos estar bajo hermosas palmeras escoltadas por el brazo amigo de una leve brisa marina viviendo allí todos los días.

La versión oficial de lo que es su propia realidad pertenece a quienes gobiernan esa isla; la percepción que internacionalmente más vale. Una razón es que los europeos comprenden que en una isla bloqueada y asediada por un imperio, un libre intercambio de opiniones compromete su integridad. Además, la percepción de quienes emigraron y adoptaron otra nacionalidad vale menos, porque ha sido oficialmente reducida a “opinión de gusanos”. El valor relativo de las diferentes percepciones sobre la vida en Cuba, sin embargo, no es aquí relevante. Para el ejercicio a continuación, todas las percepciones reflejan una parte de lo que es “Cuba”, por lo que somos libres de elegir cualquier versión.

Sin el demencial embargo comercial Cuba tal vez estaría a punto de convertirse en utopía. Con o sin embargo, nada humano es perfecto. Todo lo construido por mortales, con o sin bloqueos, debe superar errores del pasado. Cuba avanza y se tropieza a la vez. Intentemos, por ende, ser objetivos. Si su percepción del fruto de la revolución en Cuba es negativa, detenga su prejuicio y reflexione: ¿No es digna de admiración la quijotesca vocación de Fidel de luchar contra molinos del imperio? Por el contrario, si usted valora únicamente el idealismo con el cual se pretende forjar una realidad, ¿acaso no observa siquiera uno que otro error? Una deficiencia irrefutable - que no tiene nada de “relativa” - es la restricción totalitaria en Cuba de viajar libremente al exterior.

¿Logra imaginar su vida día tras día viviendo la misma experiencia comunista que vive el pueblo cubano? Los románticos rechazarán este tipo de ejercicio intelectual; mientras que la elite intelectual explicará indignada que las dos experiencias no son comparables. Es cierto. Para empezar los bolivianos tenemos demasiadas rutas como para que aquí funcionen bloqueos del extranjero; haciendo también imposible que nuestra salida a Perú, Chile, Argentina o Brasil sea prohibida por un partido gobernante, por dominante que sea. No somos una isla, ni Bolivia es Cuba. Entiendo. Esa no es la pregunta.

Si en algún aun lejano día, bajo un Presidente muy diferente al actual, el proyecto del poder político bolivariano llegase a transformarse en convertir Bolivia en Cuba, ¿cambiaría ello el espectro político y definición de “izquierda” e “izquierdista”? Bajo un cielo todavía democrático cualquier oposición a la hegemonía le gana a todo aquel que cuestiona al régimen actual el título de “derechista”. ¿De qué lado del espectro político quedaría usted si el actual proyecto político se transforma en imponer el modelo de Fidel? Esa es la pregunta.

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