miércoles, 27 de junio de 2007

Nuestra Altura

Solo un torero debe sentir igual. Sombrío e intencional, el oponente carga un garrote en lugar de cuernos, con el cual pretende asestar su preciso golpe. El lanzador intenta evitarlo, con pelotas que alcanzan los 160 km/hr. Para engañar al contrincante, con los dedos hace que “chanflée” la bola en diferentes direcciones. Si el oponente conecta el envío, los nueve jugadores entran en una metódica danza para “matar” al corredor. El deporte es el béisbol, y entre todos es el que mayor número de estadísticas tiene. Se promedia y registrada toda incidencia, y cada lanzamiento tiene su estética, arte y razón de ser.

El estadio con mayor elevación se encuentra en Denver, Colorado, a una milla (1,600 m.) sobre el nivel del mar. Debido a una menor presión atmosférica, la pelota recorre una mayor distancia que en la playa. Para contrarrestar esta diferencia, el estadio ha sido diseñado con mayores dimensiones, y así se evita que jugadores más fuertes saquen fácilmente del parque la pelota. Aunque ambos equipos tendrían exactamente la misma posibilidad de así hacerlo, se ha desatado en Denver una controversia. La razón es que el equipo de Colorado intenta contrarrestar los efectos de la naturaleza, añadiéndole a la pelota una dosis de humedad.

Los puristas acusan al equipo de intentar manipular el juego, debido a la discreción que tienen de seleccionar pelotas humidificadas - o no - según les convenga. Este antecedente podría también llevar algunos a hacer las pelotas más pesadas cuando enfrentan equipos con ofensivas peligrosas. Equipos que juegan en lugares húmedos, como Florida, también podrían estar tentados de restarle humedad a la pelota para contrarrestar los efectos de su propio hábitat. En un deporte en el cual todo cuenta, hacen mucho las pequeñas diferencias.

Bolivia tiene su propia controversia de la altura. El balón aquí se mueve diferente que al nivel del mar. Pero se mueve diferente para ambos. A su vez, los jugadores bolivianas solo conocen el aire más puro, pero deben jugar en estadios con altos niveles de contaminación. Si se protege de los efectos nocivos de la altura, deberá protegerse también del monóxido de carbono, y de excesivas dosis de humedad. Lo que está detrás de tanto lloriqueo, como señala mi primo Guccio, es que los brasileros y argentinos tienen que invertir tiempo en acondicionamiento a la altura. Tiempo que es dinero, y para la FIFA el dinero es incluso más importante que la salud.

Bolivia ahora argumenta su derecho de jugar en La Paz, y tiene la oportunidad de hacerlo demostrando una mínima sofisticación en sus relaciones internacionales. Mucho hará el tipo de argumento que logremos articular. Sugiero una pequeña diferencia en estrategia: Reconocer que el balón aquí vuela más rápido. Podríamos atraer televidentes promocionando nuestros partidos bajo el entendimiento que aquí: “!Se juega la clasificación más rápida del mundial!”. Además de potencialmente ser una mala decisión económica para la FIFA, negarnos ese derecho sería una gran injusticia. Pero tal vez utilizar argumentos que involucren a la ciencia de la física, al dinero y promoción de mercados, sea de muy mal gusto, y esté por debajo de nuestra altura.

Flavio Machicado Teran

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