lunes, 25 de agosto de 2014

Una Yihad Migratoria

Bajo el manto de una amenaza terrorista, el Plan Cóndor justificó la aplicación de infames estrategias extra-judiciales. En contraste, los imputados en el caso Rozsas de terrorismo reciben un trato inconmensurablemente más digno, humano y apegado a derechos universalesque terroristas de antaño, quienesfueronbrutalmente torturados, su liberta secuestrada, su vida apagada.

En la película “Olvidados”,aparece un agente de inmigración boliviano que reconoce haber disfrutado la tortura psicológica que aplica a un ciudadano norteamericano con doble nacionalidad. Cuando se contrastalos horrores que vivieron revolucionarios en la década de 1970 al “inocente” suplicio que sufre este boliviano, que migró a EE.UU.y ahora regresa de “turista”, es casi inevitable celebrar la lenta evolución de los derechos civil. En contraste, el sutil acoso migratorio y discrecionalidad aplicada al yankee, capitalista e imperialista de sangre boliviana resulta bastante cómico.

Por sutiles las tácticas y civilizadas las condiciones en las que se retiene hoy al enemigo en la guerra contra el terrorismo, aquellos imputados por ese crimen igual han sido privados de su libertad. Por grandes los avances en derechos civiles desde 1970, las estrategias judiciales todavía acusan grandes deficiencias (por ejemplo, los imputados retenidos años sin una condena o juicio en la base militar de EE.UU. en Guantánamo).

El cambio de 1974 a 2014 es grande. Requeriría de gran ingenuidad, sin embargo,  suponer que hemos alcanzado lacúspide de la libertad. La libertad jamás será absoluta y un “terrorista”no debe ser libre de atentar contra la integridad del Estado. A veces resulta difícil definir quien es un terrorista, quien defiendela integridad de su nación y quien es un separatista.

El secuestro mediático ha creado un entorno en el que es difícil entrever los pormenores de la guerra civil en Siria y de los esfuerzos separatistas en el este de Ucrania.  La actual hegemonía que ejerce el poder oficial sobre el discurso popular seguramente provocaría envidia entre aquellos graduados de la infame Escuela de las Américas.

Para muestra un botón: aquel candidato que tenga la osadía de hablar del modelo de desarrollo chileno (gobernado por una socialista),o del modelo peruano (gobernado por un indígena de izquierda),sería inmediatamente fustigado en el 80% de los medios como un vil “neoliberal”. Fin del debate.

El debate es un estamento inviolable en democracias más evolucionadas. En Rurrenabaque y la Sagarnaga tal vez quieran saber por qué en la Plaza Murillo deciden vengar las muertes de inocentes civiles palestinos mediante un sutil acoso migratorio a inocentes civiles israelitas, que representan el más importante flujo de turistas provenientes de otros continentes. Otros querrán entender por qué el derribo del avión comercial de Malayasia Airlines por un misil, o las cientos de miles de civiles brutalmente asesinados por su propio gobierno en Siria no provocaen los Andes igual indignación.

El ejército Israelí ha cometido atroces crímenes contra la población civil en su intento de socavar la capacidad de Hamas, considerado una organización terrorista incluso por enemigos de Israel: Egipto, Jordania, Arabia Saudita y Emirato Árabes Unidos. Los palestinos en su mayoría viven en Cisjordania. El presidente de Cisjordania, Mahmoud Abbas, públicamente criticó a Hamas por provocar “muertes innecesarias” y “lucrar de la sangre Palestina”.

Aquí no hay “buenos” y “malos”, hay un complejo conflicto que amerita objetividad, no fundamentalismo. Pocos medios nacionales seguramente se atreverán a brindar ambos lados de la moneda, un secuestro mediático que podría incitar sentimientos anti-semitas en Bolivia. Esperemos que periodistas que sí se atreven a dar una voz a Israel (PAT) no paguen por su atrevimiento de incitar un debate.


Los dineros semitas han sido implícitamente declarados poco gratos. Aquellos que viven del turismo seguramente  querran entender por qué el bienestar de su familia debe ser mermado en nombre de un tipo de yihad migratoria. 

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