El momento exacto cuando empezó el tercer milenio fue alguna vez tema de discusión. Ahora, en lugar de discutir cuando empieza y cuando termina una era, unos intentan aferrarse a rezagos del poder que alguna vez gozaron, mientras otros pretenden ser – de la nueva era - únicos dueños. Con el espíritu de agradecer bendiciones recibidas, prefiero celebrar la era estrenada por nuestro actual presidente constitucional.
Celebro su contribución a la auto-estima de toda una generación. Los racistas solían pasear abiertamente su ignorancia, envenenando impunemente las aguas de las que beben hoy sus hijos. Ahora se ven obligados a utilizar argumentos y proponer alternativas cuando critican la ignorancia de los demás; una ignorancia que no respeta edad, educación o condición social. Ignorantes también resultaron ser aquellos que en universidades norteamericanas aprendieron avergonzarse de ser bolivianos. Gracias a que el racismo ha sido desenmascarado, hemos descubierto que los ignorantes vienen de todo tamaño, ideología y color.
Juzgar a toda una nación por las políticas de sus antepasados, es ignorar que son seres de carne y hueso los que hacen las políticas, implementan estrategias y obedecen (o no) al derecho internacional. Celebro, por lo tanto, la madurez con la cual el presidente Morales ha desarrollado una relación respetuosa con nuestro enemigo mortal al sur del Sajama. Es muy fácil condenar - retroactivamente - a todos los hijos de los usurpadores del guano. Lo difícil es crear condiciones de intercambio comercial y cultural que beneficie a todos. Seguimos sin salida al mar. Ello, sin embargo, no ha impedido una actitud madura y pragmática, en búsqueda de lazos políticos, sociales y comerciales que beneficien en un futuro cercano a dos hijas de la gran cordillera de los Andes. Estamos dejando de ser victimas, para crear condiciones de desarrollo. ¡Bravo!
A diferencia de beatos enriquecidos por negociados y privilegios del poder, que con dar dadivas unas cuantas veces creen auto-reivindicarse con los pobres, Evo decidió vivir con lo necesario y dignidad. Esos mismos miserables desprecian la convicción ecologista de “mediocres” que rehúsan invertir toda su energía en mal acumular tesoros aquí en la tierra. Es por ende reconfortante que nuestro primer dignatario prefiera trabajar por el bienestar de todos los bolivianos, en lugar de acumular objetos inanimados. Reconfortante también es comprobar que se ha rodeado de individuos intachables como él. Prueba de cuan “probos” son todos y cada uno de los militantes del MAS es que se dan el lujo de designar como Contralor a un lobo para cuidar las ovejas. Un Herbas ahora será quien fumigue las malas hierbas, todas y cada una de ellas servidores públicos durante administraciones pasadas.
El tercer milenio trajo a Bolivia una nueva era. En medio de grandes desaciertos, importantes pasos se han dado, en particular para eliminar el analfabetismo. El saber leer, sin embargo, no es garantía que superemos colectivamente nuestra brutal ignorancia, arma favorita de sometimiento popular. Los desaciertos del imperio norteamericano demuestran que – por mucha inteligencia colectiva y sofisticada su capacidad de procesar la información - si el aparato cognitivo es alimentado por basura, el resultado será pura basura. Ese fue el caso durante la gestión de Dick Cheney – hombre culto – quien rodeó a su presidente Bush de arrogantes soldados de una verdad absoluta. El concepto - GIGO - siglas en inglés de “Basura Entra, Basura Sale”, permite entrever que no se trata únicamente de manipular la información, sino que hay que saber idóneamente procesarla. En Bolivia estamos aprendiendo lentamente la lección; una factura (perdón, quise decir “experiencia”) histórica que todos juntos tendremos que aprender a celebrar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario